María Fux, su perspectiva de movimiento, que conecta la salud, la creatividad, la multiculturalidad y el empoderamiento de las personas a través del arte
Este artículo refleja los resultados de un estudio de doctorado de seis años realizado en Canadá y Brasil para comprender los fundamentos de la pedagogía de María Fux, también conocida como Danzaterapia. Se pudo constatar que la enseñanza de la danza de esta artista-pedagoga no se ajusta a lo que se denomina una “terapia”. En un contexto de articulación interdisciplinaria, se puede afirmar que su práctica está inmersa en los campos de la educación y el arte.
Resumen
Se realizó un estudio de doctorado de seis años en Canadá y Brasil para comprender los fundamentos de la pedagogía de María Fux, también conocida como Danzaterapia. No se estudió la Danzaterapia en tanto práctica institucionalizada, ni tampoco lo que hacen las personas formadas por María Fux. En este artículo se reflexiona cómo la enseñanza de su danza no puede ser caracterizada ni como terapia ni como danza creativa.
Abstract
In order to situate Maria Fux’s pedagogical activity, a six-year doctoral study was conducted in Canada and Brazil to understand the fundamentals behind the pedagogy of Maria Fux, also known as Danzaterapia. This research did not investigate the Danzaterapia as an institutionalized practice, nor what people formed by Maria Fux do. This article reflects on how Maria Fux’s dance teaching cannot be characterized as therapy nor as creative dance.
Palabras clave: María Fux, pedagogía de la danza, danzaterapia, terapia, danza creativa.
Introducción
Conocí a María Fux en Brasil a través de su libro Danza, Experiencia de Vida, cuando aún era una adolescente y, como todos los que leyeron este libro, quedé encantada con sus reflexiones y su forma de ver la danza. Yo era una bailarina que regresaba luego de vivir durante un año en Estados Unidos. Después de este breve encuentro, María Fux volvió a aparecer en mi vida cuando yo estaba haciendo mi maestría en psicología clínica y cultura en la Universidad de Brasilia. En mi investigación, yo, que aún no había experimentado la práctica de María Fux, me rendí a la misma confusión que hace la mayoría de la gente que escribe sobre su práctica, relacionando su pedagogía de enseñanza de la danza como una práctica terapéutica.
Fue con el interés de profundizar la relación entre el movimiento y el psiquismo que llegué a Buenos Aires, en 2008, para realizar una formación en Danza-Movimiento Terapia, una práctica terapéutica que utiliza la danza como herramienta para el trabajo psicológico. Inmediatamente, tuve la oportunidad de conocer a María Fux en vivo y su enseñanza de la danza, también llamada Danzaterapia[2], método María Fux.
Desde el principio hubo una relación muy cercana entre María y yo. Con mucho cariño, ella me recibió y me invitó a estar en su convivio más íntimo, donde tuvimos largas conversaciones sobre la danza, los bailarines, su forma de ver el movimiento y la vida. Estas charlas fueron ricas en intercambios, en filosofías de la danza, en experiencias de vida contadas por María, pero, sobre todo, ricas de una relación de respeto mutuo. Cabe decir que toda la formación en Danzaterapia la hice con ella en persona, yendo y viniendo de Brasil casi todos los meses hasta 2014, cuando me mudé a Montreal para hacer mi doctorado, y aún entonces venía a ver a María al menos tres veces al año.
Con el permiso de María Fux, presenté el libro Ser Danzaterapeuta Hoy a la editorial Summus, y este fue traducido al portugués y publicado en Brasil. Yo acompañé su proceso de edición para que la versión en portugués fuera lo más cercana posible a su versión original en español.
Participé de más de una centena de clases con María, y como psicóloga, bailarina, danza-movimiento terapeuta, danzaterapeuta y conocedora de diversas técnicas de educación somática, yo no lograba entender por qué la gente le atribuía a la práctica de María Fux el carácter de terapia, ya que sus clases no están dentro de un contexto terapéutico. La propia María aclara esta confusión en sus libros.
También me pareció extraño el nombramiento de su práctica como determinadas formas de danza (por ejemplo, como danza creativa). Había elementos en su pedagogía que no eran identificados y comprendidos. Un factor que me llamaba mucho la atención era la poca oferta de estudios académicos profundos sobre la práctica de María Fux, ya que se trata de una personalidad muy conocida en Argentina y otros lugares de América del Sur.
Era evidente que la falta de una definición y de un entendimiento claro basado en la teoría académica de lo que es la práctica de la danza desarrollada por María Fux ha permitido la emergencia de varias definiciones o conceptos sobre la Danzaterapia, siempre asigna dos por terceros, o personas que han leído sus libros. En otras palabras, las definiciones de la Danzaterapia encontradas para la práctica de María Fux son informadas por otras personas, y no por ella misma, al tiempo que no definió ni conceptualizó su práctica de manera enciclopédica (según ella me decía).
Con el objetivo de investigar las bases de la enseñanza de la danza de María Fux, y con su consentimiento, empecé en 2014 un exhaustivo e inédito estudio de doctorado académico sobre su pedagogía en la Université du Québec à Montréal en Canadá, y en la Universidade Federal da Bahia, en Brasil. Esa investigación tenía la finalidad de conocer sus fundamentos y principios, y conceptualizarla con un alto rigor académico. El desarrollo de este proyecto fuera de Latinoamérica pretendía aportar una visión externa, no condicionada por lo que ya “conocen” sobre la práctica de María Fux y que también conducía a muchos equívocos conceptuales. Así, en los seis años de esta intensa investigación doctoral supervisada por destacados profesores en los dos países. En Canadá, por la profesora Doctora Caroline Raymond, del Departamento de Danza de La Université du Québec à Montréal y del Departamento de Artes Escénicas de la Universidad Federal de Bahia, en Brasil, la profesora Doctora Eloísa Domenici. La investigación pudo destacar no solo lo que es la práctica de María Fux, sino también lo que no es, ayudando a clarificar lo que sigue siendo tan mal interpretado. Todavía es importante aclarar que mi estudio no se orientó a abordar la Danzaterapia como práctica institucionalizada hecha por María Fux, o sea, no pretende hablar de la Danzaterapia como práctica docente sostenida por otros danzaterapeutas, es decir, por las personas formadas por María Fux. Gran parte de esto se debe a que, como la enseñanza de la danza de María tiene un importante componente subjetivo, los danzaterapeutas formados por ella reproducen su pedagogía tal y como la han interpretado.
Debido a que María Fux lleva a cabo su pedagogía de forma muy personal y particular, y porque fue ella la creadora de este enfoque de enseñanza del movimiento, mi investigación doctoral se centró en cómo la propia María Fux crea y desarrolla sus conceptos, valores y representaciones en su trabajo pedagógico.
La mayor parte de este artículo se escribió cuando María Fux aún vivía. A finales de julio de 2023, esta gran personalidad del movimiento danzado latinoamericano falleció, habiendo dejado un inmenso legado para todas las personas que tuvieron el honor de conocerla y estar cerca de ella. Con este pequeño trabajo, no intentamos escribir lo que es la pedagogía de la danza de María Fux, una vez que eso es un trabajo complejo que necesita de un aporte más robusto. En esas líneas, nos gustaría aclarar solamente dos puntos de confusión que la comprensión común de la práctica de María aporta: la confusión entre la pedagogía de María Fux como un abordaje terapéutico y como una danza creativa.
Notas preliminares y aclaraciones
La práctica de la enseñanza del movimiento de María Fux se basa en el potencial creativo y positivo que todo ser humano lleva dentro, independientemente del grado de diferencias físicas, cognitivas o intelectuales. Desde mediados del siglo XX, María empezó a trabajar con una población hasta entonces discriminada: los niños y adultos con síndrome de Down que estaban en hospitales, y con personas que tienen alguna discapacidad mental o física (Fux, 2004).
En sus clases, personas de diferentes edades danzan juntas, con o sin dificultades físicas o psicológicas más evidentes. Esta es una característica en las cuales las personas se reportan con frecuencia cuando hablan de María Fux. En la enseñanza de la danza hecha por María es importante integrar la especificidad de cada uno, ya que los seres humanos, aun con diferencias, viven juntos en sociedad (tema que desarrollaba con frecuencia en sus clases).
Debido a que María Fux lleva a cabo su pedagogía de forma muy personal y particular, y porque fue ella la creadora de este enfoque de enseñanza del movimiento, mi investigación doctoral se centró en cómo ella misma crea y desarrolla sus conceptos, valores y representaciones en su trabajo pedagógico.
Con el objetivo de investigar las bases de la enseñanza de la danza de María Fux y, con su consentimiento, empecé en 2014 un exhaustivo e inédito estudio de doctorado académico sobre su pedagogía en la Uni- versité du Québec à Montréal en Canadá, y en la Universida de Federal da Bahia, en Brasil.
En las clases de María, la creatividad para el movimiento es un componente visible. No hay distinción de alumnos por la diversidad de la población, las diferencias son respetadas y nunca discriminadas. Como sus clases contienen un alto nivel de improvisación, cada alumno realiza los movimientos según sus aptitudes. Su trabajo, relevantemente contemporáneo, tuvo un carácter vanguardista, integrando a diferentes poblaciones en clases de danza, en una época en la que esta práctica no se realizaba.
Proponente de una concepción del pensamiento corporal, María Fux tiene un enfoque particular sobre cómo pensar el cuerpo y el movimiento. Esta artista-pedagoga profesa constantemente que siempre hay una forma de utilizar el cuerpo para la danza. Para ella, todos son capaces de bailar. Al profesor le corresponde descubrir este camino de forma creativa. Por eso la valoración de las peculiaridades del movimiento en el gesto danzado propicia la diversidad de cuerpos y culturas en sus clases.
Esta artista-pedagoga comparte la creencia en la existencia de una fuerza interior capaz de actuar sobre el cuerpo de forma creativa, para que este vuelva a su relación natural, integral y funcional con el entorno del bailarín. Mientras tanto, una práctica tan llena de subjetividad y valores personales trae también una gran gama de posibilidades de interpretaciones. Hablemos un poco sobre las confusiones…
¿La danzaterapia, una terapia?
La etimología de la palabra “terapia” viene del griego therapeia, que significa “el acto de curar”. En esta definición, lo mental y lo físico están juntos bajo el título de “terapia”. El Diccionario de Psicología (Corsini, 1999: 996) define la palabra terapia como “un sistema de tratamiento destinado a curar una condición mental o física patológica para aliviar los síntomas de la enfermedad”. Una característica implícita de la terapia es la existencia de una relación entre un médico o terapeuta conocedor, al que se le atribuye el poder de curar, y un paciente al que se lo considera sin conocimiento de su enfermedad. En esta perspectiva, el terapeuta tiene el papel de agente y el paciente debe someterse a las directrices prescritas para liberarse del sufrimiento que le afecta. Este poder curativo depende del uso de agentes intermedios, medios externos de intervención, sean físicos, bioquímicos o mecánicos, como los medicamentos para mejorar su estado físico (Nicaretta, 2004; Lima, 2008; Bucher, 1989).
La inclusión del término psique (Psykhé en griego) en la palabra “terapia” requiere una mirada más cercana al modus operandi del tratamiento.
Debido a que María Fux lleva a cabo su pedagogía de forma muy personal y parti- cular, y porque fue ella la creadora de este enfoque de enseñanza del movimiento, mi investigación doctoral se centró en cómo ella misma crea y desarrolla sus con- ceptos, valores y representaciones en su trabajo pedagógico.
Según Nicaretta (2004: 20), “la psicoterapia puede considerarse como el uso consciente del poder de la sugestión por parte de una persona sobre otra “con el propósito de curar”, utilizando medios psicológicos, verbales o no verbales”. El psicoterapeuta se diferencia del médico en el trato con el paciente. No existe una receta perfecta para la relación psicológica, ni un procedimiento universal para lograr la remisión de los síntomas del paciente. La credibilidad del tratamiento psicoterapéutico se basa en los resultados clínicos obtenidos por el proceso desencadenado por la relación terapéutica establecida entre el paciente y el psicoterapeuta (Lima, 2008; Nicaretta, 2004). Así, podemos decir que hay muchas psicoterapias, con muchas definiciones y propósitos. Otro punto de confusión se da por el hecho de que comúnmente se habla de una “psicoterapia” por el término “terapia”, lo que tampoco nos ayuda a resaltar la diferencia entre uno y otro término.
La ADTA (American Dance Therapy Association), una asociación establecida en el campo de la psicoterapia y la danza desde hace décadas y una referencia mundial, define el campo terapéutico de la Danza-Movimiento Terapia, una psicoterapia, como “el uso psicoterapéutico del movimiento para promover la integración emocional, social, cognitiva y física del individuo con el objetivo de mejorar la salud y el bienestar”. Es decir, el uso psicoterapéutico del movimiento y la danza para posibilitar un proceso de desarrollo integral de la persona: emocional, cognitivo, físico, social y espiritual. La Danza-Movimiento Terapia es una rama de las terapias de las artes creativas y su campo de intervención se alarga, entre otros, en entornos de la salud, o del campo comunitario. La Danza-Movimiento Terapia se centra en el movimiento como expresión no verbal, como forma de interacción y comunicación (Levy, 1988), y considera que tanto el movimiento como la postura y las acciones son las primeras formas de expresión humana y continúan expresándose a lo largo de la vida (Koch y Fishman, 2011).
Desde el principio hubo una relación muy cercana entre María y yo. Con mucho cariño, ella me recibió y me invitó a estar en su convivio más íntimo, donde tuvimos largas conversaciones sobre la danza, los bailarines, su forma de ver el movimiento y la vida.
En la práctica de la Danza-Movimiento Terapia, el movimiento es una herramienta para que la persona exprese sus emociones con el objetivo de una relación terapéutica. Así, este enfoque pretende utilizar el movimiento como medio para buscar el bienestar, sanar las heridas emocionales o aumentar la autoestima, como intervención con pacientes psiquiátricos, pacientes con otros problemas de salud o cualquier otro tipo de necesidades psicoterapéuticas (Chaiklin y Wengrower, 2015). Estudiando con profundidad la práctica de la enseñanza de la danza de María Fux, observamos que ella no busca la “sanación” de sus alumnos, y tampoco María los ve como personas enfermas ni considera que necesitan de un aporte terapéutico que sea de su responsabilidad, no prescribe directivas de comportamiento, ni utiliza medios intermedios para lograr la remisión de ningún síntoma. Así, no responde a los criterios de una terapia ni de una psicoterapia, siendo sobre todo otros los que ponen esta etiqueta a la práctica de María Fux.
Ella nunca se intituló como terapeuta, pero sí como una artista. Es cierto que la danza como arte puede producir efectos terapéuticos, mientras tanto, no puede ser calificada como terapia. En este sentido, la denominación terapéutica atribuida a la Danzaterapia de María Fux se apoya en los posibles “efectos terapéuticos” generados por su pedagogía personal de enseñar la danza, pero su práctica no contiene una intención terapéutica en el verdadero sentido de la palabra. Por otra parte, sí se puede utilizar la danza como instrumento en terapias, como es el caso de la Danza-Movimiento Terapia, pero esto implica establecer una relación con una dinámica de acción y entrenamiento muy bien estructurado dentro del campo de las terapias.
Lo que esta investigación doctoral pudo constatar es que la enseñanza de la danza de María Fux no se ajusta a lo que se denomina una “terapia”. En un contexto de articulación interdisciplinaria, podemos decir que la práctica de esta artista-pedagoga es una práctica inmersa en los campos de la educación y el arte. La aclaración del posicionamiento de la Danzaterapia de María Fux como práctica pedagógica vinculada a las artes y fuera del campo de las terapias es importante ya que nos invita a otro tipo de reflexión.
Relación entre la danzaterapia y la danza creativa
Para Nilges (en Hopper 2010: 4), la Danza Creativa se refiere a un enfoque conceptual de la docencia que se centra en la producción del movimiento expresivo como solución a los estímulos comunicados por el profesor; en general, el profesor presenta un problema a los alumnos (como relacionarse con el espacio, o con la gestualidad).
La emergencia de la Danza Creativa se dio en el Reino Unido a mediados del siglo XX en el contexto del conocido concepto de Danza Para Todos defendido por Rudolf Laban (1990). Su trabajo fomentó la producción y la enseñanza de una danza libre que no era una danza cuyos pasos estaban coreografiados. En la danza creativa, el alumno no necesita ninguna cualificación o habilidad técnica para bailar. Hace posible el desarrollo de una pedagogía interactiva con habilidades más abiertas (Hopper, 2010; Strazzacappa, 2012).
En el mismo espíritu de la Danza Creativa, María Fux anima a sus alumnos a moverse en referencia a los elementos de la naturaleza (lluvia, hojas, árboles, viento) y mediante metáforas verbales. Sin embargo, la danza creativa también posee una estructura pedagógica diferenciada. La estructura de trabajo pedagógico de María Fux no se apoya sistemáticamente en la movilización de conceptos como el espacio, el peso, el cuerpo, el movimiento o la forma, como se utiliza en la Danza Creativa (Gilbert, 1992; Gough, 1999), ni sus clases tenían una secuencia pedagógica que buscara un objetivo específico. En última instancia, María Fux parece favorecer el aprendizaje empírico en la creación de una práctica corporal donde se respetan las particularidades de los alumnos, donde hay una comprensión del cuerpo en primera persona, donde se valora la diversidad y donde no hay una formalización del movimiento, lo que es muy parecido a la estructura de las danzas populares.
Le Blanc (2004) señala que el patrón biológico de adaptación del organismo al medio, que caracteriza la vida animal, se modifica en el mundo humano debido al símbolo. El hombre no vive en un universo puramente material, sino en un universo simbólico. Con María, hay una invitación a la movilización del cuerpo a través de las imágenes presentadas en clase. La lengua, el mito, el arte, la religión son elementos de este universo. En sus clases, María utilizaba las metáforas como las líneas, los sonidos, el espacio, los puntos, los colores y los instrumentos musicales como materiales o referencias para estimular la imaginación de los alumnos.
De hecho, esta forma de dirigir a un grupo de personas en una producción espontánea de movimiento es común en la mayoría de las prácticas corporales. Además, su pedagogía de la danza tiene importantes características que facilitan su uso en diferentes culturas, como la relación horizontal del alumno con el profesor; la aceptación de los propios límites y diferencias valorando nuestras posibilidades; la visión del ser como sujeto principal de su propio aprendizaje.
María Fux comparte la creencia en la existencia de una fuerza interior capaz de actuar sobre el cuerpo de forma creativa, para que este vuelva a su relación natural, integral y funcional con el entorno del bailarín.
La enseñanza de la danza de María Fux comparte algunas características de la Danza Creativa, como el trabajo de la relación personal con el espacio y el uso del ritmo, pero la creación de sus clases resulta diferente. La pedagogía de María Fux podría ser comprendida como una danza creativa en el sentido amplio del término (utiliza la creatividad). Sin embargo, no corresponde a la definición de Danza Creativa, según su entendimiento en el dominio formal de la Danza. La orientación pedagógica de María Fux no tiene los mismos objetivos que la Danza Creativa, aunque en sus clases María Fux tenía un enfoque muy particular para accionar el movimiento de sus alumnos y para utilizar los elementos de la danza (espacio, tiempo, cuerpo, etc.).
Así, a pesar de algunas similitudes con las prácticas descritas previamente, los fundamentos de la pedagogía de María Fux se basan en componentes muy propios de una creación personal.
A lo largo de más de 1.500 páginas de análisis de transcripciones profundas y detalladas de los gestos, ubicación en el espacio, verbalizaciones y formas de evocar el movimiento en sus alumnos, hemos podido comprender aspectos de las clases de María Fux que pueden ayudar a los alumnos que ella ha formado a seguir los principios de su pedagogía y su forma de fomentar el movimiento en las personas. Como ejemplo, María Fux desarrolla la relación entre cuerpo y movimiento en cuatro momentos-clave. Durante estos cuatro momentos, utiliza la música de cinco maneras diferentes y trabaja con el espacio en cuatro dimensiones. Estos y otros aspectos del contexto de la pedagogía de María Fux se presentarán en futuros escritos.
Bibliografía
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Chaiklin, S. et Wengrower, H. (dir.). (2015). The Art and Science of Dance Movement Therapy. London, Routledge.
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Agradecemos a María José Vexenat y Guillermo Molina Rus por las fotos compartidas.
Vexenat, M. J. (2019). María Fux y su danza. Arteterapia. Proceso Creativo y Transformación, 5. https://arteterapiare- vista.ar/maria-fux-y-su-danza
[1] Investigadora de posdoctorado en Integrated Studies in Education (McGill University). Doctora en Études et Pratiques des Arts (UQAM), Doctora en Artes Cênicas (UFBA).
[2] Una vez que se trata de prácticas distintas, en este trabajo, denominaré Danzaterapia, con “D”, a la práctica de enseñanza de la danza de María Fux, y como danzaterapia, con “d”, a la danzaterapia, el diminutivo de Danza-Movimiento Terapia.
Cómo citar este artículo:
Maia de Lima, D. (2023). María Fux, su perspectiva de movimiento, que conecta la salud, la creatividad, la multiculturalidad y el empoderamiento de las personas a través del arte. Arteterapia. Proceso Creativo y Transformación, 11, 5-11.