Lenguajes expresivos y arteterapia en el abordaje de TCA: ¿por qué es importante conectarse con el arte en tiempos de penuria?
Los trastornos de la alimentación no son enfermedades en sí mismos, sino síndromes del comportamiento que manifiestan una amplia variedad de características psicológicas, sociales y culturales relacionadas con alteraciones graves de la conducta alimentaria, como la anorexia y la bulimia. La población en tratamiento abarca desde los 13 años hasta la edad adulta, y su abordaje es integral: psicológico, psiquiátrico, nutricional y arteterapéutico.
Ofrecer una mirada sensible en espacios de salud, suma
El trabajo creativo, expresivo, nos da la posibilidad de respirar nuestro mundo interno que nos permite sentirnos afectados y arrojarnos a descubrir lo que encontramos a mano emocionalmente para expresarlo y, tal vez, transformarlo en otra cosa… suma.
Sacar afuera lo que duele, sin tapujos. Alojar sin discriminar. Habitar nuestras marcas. Respirar permisos. Expresar sin juzgar. Vivir la mancha como la vida. Percibir desde los sentidos. Contemplar nuestra existencia posible. Hacer añicos el deber ser. Colorear la posibilidad singular. Disfrutar el aroma de un color. Tragar una textura. Olfatear una caricia. Escuchar lo que dibujo. Mirar para adentro y no para afuera. Reconocer emociones. Saltar del azul al negro. Del negro al magenta. Del llanto intenso y dulce a la sonrisa sin fin. Así, con mi mundo me ofrezco al mundo del otro.
Arte, expresión, mirada sensible, salir de la etiqueta, romper paradigmas, ir más allá de nuestros límites, buscar nuevos horizontes en salud y educación. Trabajo desde el arte y el arteterapia con mujeres con el alma rota, con problemas o desórdenes en la conducta alimentaria.
El dolor es parte de nuestra vida y la mirada integral, empática y solidaria, nos abriga y colabora para poder estar diferentes en el camino.
Confío y creo plenamente en que la existencia humana no está acabada; somos seres en proceso y, en ese proceso, el arte nos permite ser y habitar el mundo de otro modo.
—… ¿cómo estás?
— Rara, siento que tengo la mirada perdida.
— ¿Perdida de dónde?
— No sé… a veces me pierdo en un lugar.
— ¿Y cómo es ese lugar?
— Como yo, raro.
— ¿Tiene color?
— No existe ese color.
— ¿Y una textura?
— Sí, es como el papel de lija. Es un laberinto.
— ¿Y sentís algún aroma?
— Sí. Es ácido.
— ¿Te gustaría intentar salir?
— A veces sí y a veces no.
— ¿Y hoy ganas de qué tenés?
— De salir.
— ¿Con música o en silencio?
— Acompañada con música.
— ¿Con qué música saldrías?
— Clásica o Tonolec.
— Bueno, la busco y vos intentá respirar y percibir cómo es salir de ese lugar. Si podés, registrá sensaciones, emociones, sentimientos… lo que vos puedas. Yo estoy acá con vos. (Solo sabe que estoy…).
(Ella se mueve, se expresa desde su vulnerabilidad, se cae, sus puntos de apoyo son frágiles, está muy desnutrida, toma las paredes como apoyo).
— ¿Y? ¿Cómo te sentís?
— Mucho mejor, más aliviada. ¡Gracias!
— A vos, por confiar en mí. ¿Cuándo ves a la psicóloga?
— No sé, igual casi ni hablo con ella.
— Un vínculo se construye… date tiempo, ya llegarás. Dame un abrazo, nos vemos la próxima.
¿Qué aporta el arteterapia en el abordaje integral del TCA?
La función primera del arteterapia es llevar a la persona a un estado de apertura y autoconfianza. Caminar hacia la flexibilidad. Trabajar la aceptación hacia sí misma y hacia los demás. Facilitar el pensamiento reflexivo. Descubrir y desentramar prejuicios y etiquetamientos. Desarrollar una mirada sensible. Derribar la autocrítica. Abordar la autoexigencia.
Es importante tomar dimensión de la mirada integral hacia el sujeto y, sin descuidar la problemática alimentaria, abordar la tarea desde las posibilidades singulares para posicionar a ese sujeto en un lugar de oportunidad.
El proceso creativo es el entrenamiento hacia un posible cambio y complementa el tratamiento integral en TCA.
El proceso arteterapéutico tiene como objetivo ampliar la perspectiva del sujeto, ya que, a través del trabajo expresivo artístico, tiene la oportunidad de evaluar sus conductas y profundizar su clima emocional sin necesidad de vincularla directamente al trastorno alimentario. Aceptar quienes somos, aprender a estar conectados con lo importante, tramitar el error como una oportunidad, posibilitar el abordaje del trauma y darle otro sentido. Son grandes objetivos…
Por otro lado, es pertinente recordar que las personas que presentan problemáticas relacionadas con TCA se enfrentan a la dificultad para expresar sus emociones, a una mirada propia sumamente cruel y perfeccionista con elevados niveles de autoexigencia y autocrítica; una gran insatisfacción personal y baja autoestima que las lleva a preocuparse de manera excesiva e indefinida por su imagen y su estética. Temen ser juzgadas por su entorno y necesitan de algún modo agradar a los demás, aunque sienten que jamás lo logran. Su elevada ansiedad y desconfianza interpersonal las lleva a tener dificultades para socializar.
Ingredientes para un buen comienzo de construcción vincular
Es en la confianza del vínculo arteterapeuta/paciente donde se comienza a articular la posible vía de expresión de vivencias, recuerdos, emociones y sentimientos más profundos que, a través de las capacidades singulares, ayudaremos a que puedan ser pintadas, presentadas y observarlas.
La expresión artística visual es una instancia de expresión y visualización de nuestras emociones: la elección de colores, de texturas, de climas y su organización en la composición, nos aportarán datos para poder construir un puente hacia ellas.
Es necesaria una mirada amplia, amable y amorosa del arteterapeuta. Un acompañamiento empático, contenedor y habilitante. Que pueda acercarse a la búsqueda que emprende la persona desde un lugar no estereotipado. Que trabaje desde la construcción de un vínculo que acompañe. Que motive la pregunta, la exploración. Que favorezca la búsqueda sensible en el propio mundo del sujeto. Que lo conduzca a lugares de fortaleza interna. Que facilite un mundo posible sin metas a largo plazo. Que lo convoque a estar aquí.
En el transcurso de un proceso arteterapéutico se crece, se madura y se buscan formas creativas para reformular y resolver los problemas. Es muy importante generar un espacio de escucha abierta, sensible y racional; de dialogo y debate posterior, ya que en el intercambio crecemos.
El proceso del tratamiento es largo y lleno de altibajos. Aportar a la persona recursos para vivir sus recaídas como parte del proceso y no como fracasos es un gran objetivo. Acercar el error como maestro en el aprendizaje, ayuda a no sentir que todo se derrumba ante un atracón o la inducción del vómito. Acompañarlos a transitar los grises y salir de los extremos, blanco o negro, es un gran aporte.
Ejemplo del proceso arteterapéutico con Sol, una paciente de 25 años
Sol tiene 25 años, viene con un diagnóstico de bulimia, se asiste en el dispositivo de arteterapia de modo individual y en espacios grupales cada semana.
Sol ha ido fortaleciendo su capacidad de comunicarse por medio del arte, reforzando su autoestima y valorando enormemente su posibilidad de crear nuevos mundos internos posibles.
Su capacidad de aceptar y regular sus emociones va siendo trabajada. En cada encuentro y a su ritmo va encontrando nuevas maneras de mirar su realidad. Sol entra en sus propios laberintos y genera recursos para salir de ellos sin sentir que es el fin, sino un camino en el cual reconocer sus fortalezas y sus dificultades en su andar. Sol sigue en tratamiento actualmente.
- Disparador: “Construyo un círculo donde estén mis vivencias positivas y respiro pensando en un círculo y por afuera intento ubicar los pensamientos que me están haciendo daño”.
Observaciones: a veces Sol es tomada por una sensación de descontrol, de desorden de sus sensaciones, emociones y pensamientos. La posibilidad de observar y visualizar la representación de sus emociones en el dibujo la ayuda a ordenarse y a asustarse menos.
- Disparador: “¿Cómo me veo?” (Figura 2a) – “¿Cómo me ven?” (Figura 2b).
Observaciones: aceptar y ser consciente de su percepción, en algunos momentos es doloroso pero necesario para poder trabajarse.
- Disparador: intento sacar a “Ana” (nombre que le dio a la anorexia) de adentro de mi cuerpo.
Observaciones: Ana vive adentro de Sol, es chiquita de tamaño y de edad adulta. A veces Sol puede sacar a Ana de su cuerpo y visualizarla fuera de ella. El arteterapia dentro del tratamiento interdisciplinar se manifiesta como una importante herramienta para el registro emocional y el reconocimiento del mundo interno como valioso y singular, favoreciendo el corrimiento del mundo de la perfección, los estereotipos y los patrones sociales y culturales de belleza.
Disparador: “¿Cómo me siento hoy?”
Figura 4a: las flechas van hacia ella. En la interacción grupal las compañeras le preguntan y sugieren si no se sentiría mejor si las flechas fueran hacia afuera. La mirada sensible y constructiva de sus pares le permite mirarse de otra manera y desplegar con más libertad sus alas (Figura 4b).
El acto de crear la propia subjetivad, la posibilidad de simbolización mediante imágenes, la expresión de emociones y la verbalización son pasos para crecer, para madurar, para ser más conscientes de lo que nos pasa y, de a poco, tramitar el dolor, el trauma, los miedos y confiar en nuestros propios recursos como seres humanos.
El camino de salida del tratamiento de la anorexia y la bulimia suele ser largo, pero tiene su fin:
Universos enteros2
¿Cuánto peso?
Peso lo que pienso
Peso lo que sé,
lo que aprendo.
Peso el mar, peso tormentas, peso mil historias que me contaron, que tengo que contar.
Peso las distancias, todo lo que recorrí a solas, en compañía, lo que pueda recorrer.
Peso las manos de mi madre y los ojos de mi padre.
Peso sus raíces separándose de las mías.
Peso fuerza y valentía.
Peso guerras ganadas,
guerras luchadas,
guerras pedidas.
Peso dolor y trauma.
Peso los golpes que recibí, que me hicieron ver que adentro tengo más galaxias que tragedias.
Peso alegrías y oscuridad y bondad y pecado.
… y, ¿sabes?
Peso infinidad de toneladas piel adentro,
Así que cuando me pregunten:
¿Cuánto pesas?
no voy a necesitar ningún tipo de balanza.
En vez de eso, voy a decir la cruda verdad:
Voy a decir que peso universos enteros, tormentas, risas, cicatrices e historias.
A modo de cierre de este pequeño relato de cómo abordar la problemática en TCA desde el arteterapia, me remito a palabras de Frida Khalo, artista mexicana: “Nunca pinto sueños o pesadillas, pinto mi propia realidad”. En síntesis, expresarnos a través del arte es un derecho.
Notas
1 Trastorno de conductas alimenticias.
2 Texto escrito por Sol.
* Profesora de Artes Visuales (UNA). Artista visual. Docente de la Primera Escuela Argentina de Arteterapia. Coordinadora de espacios en Macropsicología de lenguajes expresivos, artes y clima emocional.