La moda como terapia de arte expresiva: un camino creativo hacia la sanación
La vestimenta como medio de expresión permite visualizar y exteriorizar sentimientos y comunicar estados de ánimo o evidenciar traumas. Pero también permite reinventarse, cambiar de humor y hasta sanar.
Resumen
El trauma emocional deja su huella no solo en nuestra mente, sino también en nuestro sentido de identidad y en nuestra vestimenta. Esta investigación va más allá de la pasarela, pasando por la psicología de la moda, la neuroestética, las terapias de artes expresivas, y rompiendo el estereotipo de la moda como algo superficial. Revela cómo esta puede ser una potente herramienta para sanar, recuperar y expresar nuestra identidad.
Palabras clave: identidad, narrativa personal, trauma, terapia narrativa, neuroestética, moda.
Abstract
Emotional trauma extends its influence far beyond our minds, leaving an indelible mark on our sense of self and even our sartorial choices. This investigation delves into the profound connection between trauma and fashion, venturing beyond the realm of the runway to explore the psychology of fashion, neuroesthetics, and expressive art therapies. It challenges the notion of fashion as mere superficiality, revealing its transformative power as a tool for healing, recovery, and self-expression.
Keywords: identity, personal narrative, trauma, narrative therapy, neuroesthetics, fashion.
Tu ropa cuenta historias de quién eras, quién eres y en quién podrías convertirte. Todos esos momentos difíciles quedan grabados no solo en tu inconsciente, sino también en tu alma y en tu ropa. Cuando has vivido un trauma emocional, sobre todo si es referente a tu autoexpresión, por ejemplo, puedes usar ropa que te oculta, o por el contrario, ropa muy llamativa que desvía la atención para que no puedan verte más allá.
Recuerdo a una chica que me contaba en una sesión de psicoterapia cómo siempre escogía ropa sugerente y que solo la elegían por su físico, y ella quería encontrar un amor bonito. Esta joven había sufrido un abuso de pequeña y desde ese momento en su inconsciente se fijó un mensaje: que solo la iban a querer por eso, por su físico. Esa elección de ropa no era hecha desde la libertad de opción, la hacía desde su herida. Optar por esa ropa le enviaba momento a momento una señal, un mensaje a su inconsciente (y a su autoestima) que la alejaba aún más de ese amor bonito que tanto buscaba.
Recuerdo a otra paciente que, en sus palabras, se vestía de forma muy masculina porque se tuvo que convertir en el padre de su familia para sacarlos adelante. Al final de su proceso terapéutico, Pinterest y sus ideas de outfits se volvieron sus mejores amigos. La plataforma le permitió explorar diferentes estilos y descubrir una nueva faceta de su identidad, una que había quedado relegada durante años. A través de los tableros de Pinterest, pudo visualizar y experimentar con prendas y combinaciones que la hacían sentir más femenina y segura de sí misma. Este ejercicio no solo fue un escape creativo, sino también una herramienta terapéutica que le ayudó a reconectar con su feminidad y a desarrollar una imagen corporal más positiva. Al explorar diferentes estilos, estaba, de manera simbólica, recuperando partes de sí misma que había dejado de lado. Pinterest se convirtió en un espacio seguro donde podía experimentar y probar nuevas identidades, permitiéndole así construir una imagen de sí misma más auténtica y empoderada.. En mi práctica clínica, también he tenido la oportunidad de trabajar con otro paciente que presenta una situación similar. Se trata de un director de orquesta reconocido internacionalmente, quien desempeña su labor en diversos países de Europa. A pesar de su éxito profesional, él alberga una profunda pasión por la moda, considerándola un aspecto fundamental de su identidad. El dilema en el que se encuentra radica en la búsqueda del equilibrio entre su seriedad profesional y su pasión por la moda. Se cuestiona de forma constante si es posible ser un director de orquesta respetado y exitoso mientras mantiene un estilo personal que se aleja de la tradicional formalidad asociada a su profesión. Estas experiencias resaltan el profundo impacto de la moda en nuestra autopercepción y nuestras interacciones con el mundo que nos rodea. La elección de ropa puede servir como una forma poderosa de comunicación no verbal, reflejando nuestra personalidad, valores y aspiraciones. Sin embargo, cuando tienen su origen en traumas vividos, conflictos emocionales no resueltos o creencias limitantes, también pueden limitar nuestro crecimiento personal, nuestra expresión auténtica y nuestra capacidad de conectarnos auténticamente con los demás.
Usar ropa que oculta o ropa muy llamativa, por ejemplo, da cuenta de un trauma emocional, sobre todo referente a la autoexpresión.
La ropa que elegimos como forma de expresión de la identidad personal
Los teóricos proponen que la ropa es la manifestación externa del yo (Cooley, 1902; Flugel, 1930; Sontag y Schlater, 1982; James, 2007). Expresiones como “la segunda piel” y “el yo visible” sugieren tanto la contigüidad física entre la ropa y el cuerpo como la proximidad psicológica de la ropa al yo.El efecto psicológico de la ropa en los propios usuarios fue demostrado por la investigación de Adam y Galinsky (2012), que encontró que simplemente ponerse una bata de laboratorio blanca aumentaba el rendimiento en tareas relacionadas con la atención y la atención selectiva. Los investigadores acuñaron el término cognición envuelta, que se diferencia de la cognición encarnada porque el vínculo entre la experiencia física y su significado simbólico es indirecto: es la prenda de vestir la que lleva el significado simbólico. A diferencia de la cognición encarnada, que vincula directamente nuestras experiencias físicas con su significado simbólico (por ejemplo, al sentir frío y asociarlo a la necesidad de abrigo), la cognición envuelta establece un vínculo más indirecto.
Imagina una prenda de vestir: un uniforme, un traje de gala, un atuendo deportivo. Estas prendas no solo cubren nuestro cuerpo, sino que también cargan consigo un peso simbólico. Al vestirnos, estamos adoptando una identidad, un rol o un mensaje que va más allá de la simple función de protegernos del frío o del calor. La cognición envuelta explora cómo estos objetos externos, como la ropa, influyen en nuestros pensamientos, sentimientos y comportamientos, moldeando nuestra percepción del mundo y de nosotros mismos. En otras palabras, la cognición envuelta nos invita a reflexionar sobre cómo los objetos que nos rodean, desde la ropa hasta los objetos que utilizamos en nuestro día a día, se convierten en mediadores de nuestras experiencias y construyen nuestra identidad. Es como si los objetos nos «vistieran» no solo físicamente, sino también cognitivamente, influyendo en la forma en que pensamos y nos relacionamos con el mundo.Este concepto de lo simbólico y emocional de la ropa puede arrojar luz sobre cómo puede esta ser usada como forma de terapia expresiva. Lo que vestimos dice algo sobre nosotros mismos. A través de la ropa podemos acercarnos hacia nuestras heridas de una manera segura, expresando todo aquello que no se puede decir con palabras. Podemos explorar nuestras emociones y conectar con nuestro yo interior. También podemos empezar a construir una nueva identidad, una identidad que sea más empoderadora.Como bien lo señalan Hopkins y Greenwood (2013), “la experiencia de hacer visible una identidad puede facilitar el desempeño posterior de esa identidad”. Al exteriorizar nuestra identidad a través de la moda, nos comprometemos con ella de una manera más profunda, lo que a su vez puede conducir a un mayor empoderamiento y autoaceptación. La ropa además puede ser una forma de recordar tu identidad pretraumática, una identidad que se perdió o se vio alterada por el trauma emocional. Elegir y vestirte con ropa que te recuerde tu identidad anterior puede ayudarte a sentirte más conectado/a con tu yo más auténtico. Incluso Malchiodi (2013), basándose en los trabajos de Winnicott (1953), postula que los textiles y las prendas actúan como “objetos de transición”, cerrando la brecha entre la experiencia interna y la expresión externa. En este sentido, la ropa puede actuar como un puente entre las emociones, recuerdos y experiencias internas de una persona y su expresión externa a través del proceso creativo.
La elección de ropa puede servir como una forma poderosa de comunicación no verbal, reflejando nuestra personalidad, valores y aspiraciones.
Más allá de un outfit: aprovechando el poder de la neuroestética, la moda y la psicología
La neuroestética, un campo floreciente, investiga los correlatos neuronales de las experiencias estéticas (Cela-Conde, 2009). Los estudios sugieren que las elecciones de moda pueden desencadenar una actividad cerebral específica. Los estudios de Chatterjee y Vartanian (2014), por ejemplo, demuestran cómo los estímulos visuales, incluida la moda, activan los centros de recompensa en el cerebro, desencadenando la liberación de dopamina, un neurotransmisor asociado con el placer y la motivación. Esto sugiere que la elección de la ropa puede influir directamente en nuestro estado emocional. Además, usar ropa asociada con el poder puede activar regiones vinculadas al dominio y la toma de decisiones (Berger, 2005). Por el contrario, la ropa cómoda puede estimular el sistema nervioso parasimpático, favoreciendo la relajación (Tajadura-Jiménez y Verdejo-García, 2020).Nuestras elecciones de vestimenta son entonces un lenguaje visual que comunica no solo hacia afuera sino hacia nuestro propio interior.
La moda como terapia de arte expresiva
Mediante el uso de enfoques no verbales para la expresión, la terapia de artes expresivas facilita la exploración emocional, la regulación del estado de ánimo, el manejo del comportamiento, la autoconciencia, el desarrollo de habilidades sociales, la reducción de la ansiedad y el desarrollo de la autoestima (American Art Therapy Association, 2013).
La clave entonces de utilizar la moda como medio de sanación radica precisamente en su naturaleza no verbal. No necesitas palabras para expresar la agitación interior. Al experimentar con texturas, colores y estilos, puedes comenzar a procesar el trauma en un entorno seguro y de apoyo.
La poderosa intersección entre el trauma, la identidad personal y la moda
Cuando experimentamos trauma o algún shock emocional, el territorio de nuestra identidad se contrae y nuestra autoexpresión se reprime, llegando muchas veces hasta convertirnos en un extraño para nosotros mismos. Explorar, reconectar y expresar nuestra identidad de manera creativa resulta entonces el eslabón perdido de todo proceso de sanación emocional.
El trauma puede ser una tormenta silenciosa que nos deja lidiando con emociones demasiado difíciles de expresar con palabras. Pero ¿qué pasaría si existiera un lenguaje más allá del lenguaje hablado, una forma de expresar visualmente la profundidad de tu experiencia? Es allí donde entra la moda como un espacio seguro donde puedas explorar tu paisaje interior, no con palabras sino con texturas, colores y estilos.
Cuando las palabras fallan, la ropa se convierte en una poderosa herramienta para comunicar tu experiencia.
La ropa como herramienta narrativa
Las historias que guardamos dentro de nosotros a menudo están estrechamente relacionadas con nuestras experiencias con la ropa. Feldman y Elliot (2011) analizan el concepto de “ropa narrativa”, prendas imbuidas de un significado personal. En este sentido, las personas pueden utilizar ciertas prendas para contar sus historias, explorar experiencias pasadas e incluso reescribir narrativas asociadas con prendas específicas.
A continuación, presento tan solo algunas maneras de cómo podemos abordar la moda de una manera que nos ayude a utilizar la ropa como vehículo para la autoexpresión y la sanación:
Externalizar el trauma: podríamos comenzar creando un outfit que encarne los sentimientos de abandono, por ejemplo. Esto podría implicar ropa de gran tamaño y sin forma, en colores apagados, que reflejan una sensación de anonimato y distancia emocional.
El viaje de la sanación: a continuación, podríamos explorar atuendos que representan diferentes etapas del viaje de sanación. Quizás una blusa más ajustada combinada con pantalones de gran tamaño signifique un creciente sentido de autodefinición. Agregar una bufanda vibrante podría simbolizar el comienzo de una autoexpresión más valiente.
Reclamando tu poder: finalmente, podríamos co-crear un conjunto que refleje tu versión empoderada. Esto podría implicar un traje a medida que proyecte confianza o un vestido de tu color favorito que exprese individualidad.
Procesamiento y sanación a través de la exteriorización
Al externalizar la narrativa del trauma a través de la ropa, suceden varias cosas poderosas:
Ganamos distancia: visualizar el trauma a través de la ropa crea una separación física, lo que permite un espacio más seguro para la exploración y el procesamiento.
Comprendemos el impacto: ver la representación visual del trauma y sus efectos puede generar ideas y una comprensión y compasión más profundas.
Transformación empoderadora: crear outfits para futuras etapas de sanación fomenta una sensación de agencia y control sobre tu narrativa.
Las personas pueden utilizar ciertas prendas para contar sus historias, explorar experiencias pasadas e incluso reescribir narrativas asociadas con prendas específicas.
Más que solo ropa: un camino hacia la sanación
La moda como terapia expresiva ofrece un camino único y accesible hacia el bienestar emocional. Aprovechando el poder de la neuroestética, la psicología y la creatividad, podemos desbloquear el potencial de la ropa para sanar, empoderar y celebrar la experiencia humana. Este enfoque complementa las terapias tradicionales y ofrece una herramienta valiosa tanto para los profesionales de la salud mental como para los individuos.
En lo profundo de nuestro interior hay una historia esperando ser contada. Una historia de fuerza, resiliencia y el espíritu inquebrantable reside en tu interior. Pero a veces los hilos de esa historia se enredan, los colores se apagan y la historia que llevamos se siente menos nuestra y más como la de otra persona.
Esto no se trata solo de ropa, se trata de recuperar nuestra alma. Se trata de unir los fragmentos de nuestro pasado, los colores de nuestro presente, los hilos de nuestros sueños, y tejer un futuro donde nuestra autenticidad radical sea nuestra bandera.
A partir de hoy, no nos limitemos a vestir nuestras historias, reescribámoslas.
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[1] Escritora. Psicóloga clínica internacional. Terapeuta de artes expresivas especialista en identidad personal y autoexpresión. Universidad Rafael Urdaneta.Centro de Atención Psicológica, Arte y Consultoría. Mov Institute. Con el respaldo del Consejo Iberoamericano de Artes, Psicología y Educación, en conjunto con UNESCO-International Society for Education through Art.
Cómo citar este artículo:
Ramírez Toro, A. (2024). La moda como terapia de arte expresiva. Arteterapia. Proceso Creativo y Transformación, 12.