Arteterapia en América Latina: historia de una aventura

Resumen

PIA es un Proyecto Itinerante de Arteterapia, con el que viajamos por pueblos y ciudades a lo largo de estos años, compartiendo en forma de talleres lo que aprendemos en el camino: creamos espacios seguros que facilitan hacer, decir y pensar lo que en otros espacios no se posibilita, construyendo grupos que alojan sensibilidades y estimulan la expresión libre sin juicios. PIA nació del movimiento, de las ganas de viajar sembrando el intento cotidiano de conectar con el propio deseo. Del ejercicio de escuchar(se) y trabajar para dejar que esa escucha nos guíe.

Palabras clave: movimiento, expresión, viajes, itinerario, juego.


Escribimos estas líneas en Mérida, Yucatán (México), escondidos del terco sol del mediodía en la galería de la casa colonial en la que estamos viviendo. Llegamos hace siete días desde la mágica laguna de Xul Ha en Quintana Roo para hacer un taller de fin de semana, y en cuatro días volamos para hacer talleres en Puebla y Ciudad de México. Cuando nos preguntan dónde vivimos, nos gusta decir ahora aquí. Desde el 2015 vivimos en todos lados: el 12 de abril de hace cuatro años nos lanzamos a la aventura del nomadismo con el deseo de experimentar vivir de viaje.

Esta historia que nos transformó para siempre comienza en el encuentro con la generosidad de las personas, y con el conocimiento de sus infinitas formas de ser y estar en el mundo, un encuentro que es motor de este caminar y nos conecta con nuestra propia humanidad. Nos transformaron el camino sinuoso, las montañas y los valles, la posibilidad de ser otros, de jugar a ser muchos, de a uno a la vez y de a varios también. El mar nos ayudó a cantar y nos enseñó a bailar. La selva nos habló de la vida, de la lucha por ser y de la muerte que da paso a la vida que da paso a la muerte. Nos encontramos con monstruos en lagunas sin fondo y la profundidad (a veces) nos apapachó. El viento nos invitó a movernos y a estar en nuestro cuerpo… En este devenir del camino, o de nosotros mismos, el deseo despertó.

Hasta hoy nos demoramos, es decir, hicimos morada, garabateando el siguiente recorrido: Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala, México, Argentina, Uruguay, México, Cuba y México una vez más.

Un pensamiento de Gilles Deleuze nos resuena: “Lo que es difícil no es conseguir lo que uno desea, lo difícil es desear. Desde la posición victoriosa del que desea, si algo no se tiene, se conquista” (Delleuze, ap. Larrauri Gómez, 2017).

Y con este deseo desperezándose y esta confianza invitándonos a habitar el mundo como nuestra casa, jugamos a crear las realidades que buscábamos. Así fue naciendo PIA, del movimiento, de las ganas de viajar sembrando el intento cotidiano de conectar con el propio deseo. Del ejercicio de escuchar(se) y trabajar para dejar que esa escucha nos guíe. Se gesta en esta búsqueda vital, la nuestra personal, a la vez que compartida y multiplicada con grupos de personas con los que trabajamos en los talleres.

Taller con docentes en Chacayá (Lago Atitlán, Guatemala).

PIA es nuestro Proyecto Itinerante de Arteterapia, con el que viajamos por pueblos y ciudades a lo largo de estos años, compartiendo en forma de talleres lo que aprendemos en el camino: creamos espacios seguros que facilitan hacer, decir y pensar lo que en otros espacios no se posibilita, construyendo grupos que alojan sensibilidades y estimulan la expresión libre sin juicios.

Taller en el MAC (Museo de Arte Contemporáneo de Panamá).

Entrelazamos diferentes disciplinas y formas de conocimiento: la arteterapia, la educación por el arte, el teatro de las personas oprimidas, la danzaterapia de María Fux y de Anna Halprin, la educación viva, la crianza consciente, el juego, el yoga y el viaje nos nutren para el diseño de metodologías creativas de acción y de reflexión que combinan el potencial de los diferentes lenguajes artísticos: plástica, teatro, movimiento, música y escritura.

Muchas veces nos preguntan hasta cuándo planeamos viajar. La verdad es que no tenemos un horizonte temporal. Vivimos viajando y trabajando con PIA: itineramos hasta que un lugar nos invita a pasar un tiempo más prolongado, y nos quedamos.

Comenzamos facilitando talleres de exploración creativa con niñas y niños en El Mollar, provincia de Tucumán (Argentina). Luego, en un dispositivo municipal para adolescentes indígenas recuperados de la guerrilla colombiana. Los siguientes fueron en una escuela primaria del eje cafetero, en una comunidad wayuú en el Cabo de la Vela (Colombia). Y así continuaron surgiendo oportunidades de trabajo conjunto con entidades del sector público y privado: fundaciones, escuelas (tradicionales y alternativas), universidades, cárceles, hospitales, organizaciones internacionales, centros culturales, museos y muchas también a través de convocatorias abiertas que ofrecemos al público en general.

Escuela en casa (Minca, Sierra Nevada, Colombia).

Hasta hoy nos demoramos, es decir, hicimos morada, garabateando el siguiente recorrido: Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala, México, Argentina, Uruguay, México, Cuba y México una vez más.

Debido al impacto de estas metodologías participativas y a la frecuente ausencia de espacios de aprendizaje, nos fuimos encontrando con personas y organizaciones que buscaban herramientas de este tipo para multiplicarlas en sus respectivos campos profesionales y también en sus vidas personales. Así fue como tímidamente diseñamos un primer formato introductorio que condensaba, desde la práctica y la teoría, un abanico de herramientas metodológicas para facilitar procesos de cambio por medio del arte. La propuesta tuvo muy buena repercusión y nos animamos a diseñar nuevas, porque entendemos que es fundamental sembrar estas semillas, ayudar a despertar la creatividad en las personas y que muchas confirmen que este es el camino que buscaban para continuar creciendo profesional y personalmente.

Hacemos, por lo general, dos tipos de actividades: talleres vivenciales para abordar procesos específicos (en alianzas con organizaciones u ofrecidos por nosotros con convocatoria abierta) y cursos de formación en arteterapia y metodologías creativas de acción y reflexión en formato intensivo. Hasta hoy, trabajamos con 68 grupos humanos en proyectos culturales, educativos, de formación de facilitadores, desarrollo comunitario y salud con 1035 personas de diversas edades y orígenes. La red se teje y crece mediante el boca a boca, en el intercambio metodológico con colegas de distintas disciplinas, participantes que nos recomiendan a otros grupos o instituciones, y también con publicidad en redes sociales, a las que descubrimos como grandes aliadas.

Muchas veces nos preguntan hasta cuándo planeamos viajar. La verdad es que no tenemos un horizonte temporal. Vivimos viajando y trabajando con PIA: itineramos hasta que un lugar nos invita a pasar un tiempo más prolongado, y nos quedamos. En esas situaciones, PIA muta y nos adaptamos a las nuevas condiciones, como nos sucedió en Panamá, donde de manera inesperada pasamos ocho meses; o ahora en México, ya por el sexto mes y preparándonos para cruzar el océano.

Curso en Montevideo (Uruguay).

La devolución de las personas con las que compartimos en los talleres nos confirma una y otra vez este camino. Observar el entusiasmo de esos cuerpos encendidos por la creación, ser testigos de la transformación en algunas personas, como el director de escuela en un pueblo de Guatemala que decidió quitar los pupitres del aula y comenzar a trabajar con metodologías participativas, los darse cuenta de tantos participantes que conectan profundamente con su obra; como Clara, en Costa Rica, que al reencontrarse con la pintura se reencontró con su infancia y recordó vivencias claves para su proceso terapéutico, o como Gloria, en Honduras, que llevó su dragón a una reunión importante de trabajo del lunes siguiente.

Escuchar la estupefacción ante la propuesta de no interpretación de la obra ajena. Personas que retoman sus actividades artísticas luego de décadas, que vuelven a conectar con el juego como no lo hacían desde la infancia. La conmoción al partir, sus palabras, los cuerpos y gestos que hablan de que algo se va diferente a como vino. Esta espiral de transformaciones propias y ajenas es lo que nos alimenta para seguir volando por el mundo en nuestro globo.

Si querés conocer más sobre PIA y sobre nosotros, nos encontrarás en www.proyectopia.org y en las redes sociales.

Bibliografía

Larrauri Gómez, M. (2017). El deseo según Gilles Deleuze. Madrid: Los libros de fronterad.

* Arteterapeuta (Primera Escuela Argentina de Arteterapia). Facilitador de procesos en PIA.

** Diseñadora gráfica (UBA). Animadora Cultural (Instituto Vocacional de Arte, IVA). Facilitadora de Procesos en PIA.

Cómo citar este artículo:

Garber, M., García, J. (2019). Arteterapia en América Latina: historia de una aventura. Arteterapia. Proceso Creativo y Transformación, 2 (4). Recuperado de: https://arteterapiarevista.ar/arteterapia-en-america-latina-historia-de-una-aventura/