Arteterapia y museología: disciplinas puestas en valor para crear formas artísticas con un enfoque comunitario y social

Diana Flórez [*]


Resumen

Este artículo tiene como objetivo aportar una reflexión sobre el alcance del arteterapia en museos y centros culturales, específicamente en la planificación y ejecución de programas educativos y sociales. Asimismo, brinda dos casos de trabajo articulados con museos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, realizados en 2020.

Palabras clave: arteterapia, museología, transformación social, bienestar emocional.


Articulación del arteterapia y museología

El arteterapia y la museología son disciplinas dinámicas que buscan adaptarse a los desafíos que les impone la pandemia, sobre todo para afianzar el contacto con la comunidad, promover el bienestar psico-social de esta y fortalecer su resiliencia.

Al respecto, el International Council of Museums (ICOM, 2020) sostiene: “Somos conscientes de que no se trata simplemente de mantener a flote nuestras instituciones, sino también de movilizar sus esfuerzos y capacidades para promover la resiliencia comunitaria y una recuperación efectiva”.

Los museos están promoviendo otras formas de hacer llegar el arte a sus visitantes. Si bien es cierto que aún son considerados por muchos espacios elitistas, y en ocasiones son entendidos como el lugar de encuentro de personas “cultas”, hoy tienen como desafío principal abrirse a nuevas formas de experimentar y exhibir el arte, para no quedar estáticos en la historia.

Por otra parte, el arteterapia, que en sus inicios quedaba circunscrita a contextos hospitalarios y psiquiátricos, amplió su alcance para abordar proyectos sociales y educativos.

El arteterapia, al ser multidisciplinaria e integradora, permite extender su llegada a todo tipo de población. Por su parte, la museología de este siglo tiene el gran desafío de atender e integrar a los sectores sociales más desfavorecidos y desvinculados de la cultura. María Dolores López Martínez (2011), en su texto “Arteterapia y museos: Puntos de encuentro”, sostiene que el museo amplió su visión y abrió sus puertas para trabajar directamente con las comunidades y aportar al desarrollo social.

En Argentina, la Dirección Nacional de Museos promueve la inclusión social, la participación ciudadana y el reconocimiento de la diversidad cultural, e incentiva acciones estratégicas para fortalecer el rol educativo y social de los museos, mediante el desarrollo e implementación de proyectos educativos, culturales y recreativos.

En Argentina, la Dirección Nacional de Museos tiene como objetivo la valorización de la dimensión pública de los museos, para que sean entendidos como espacios para la construcción de una ciudadanía activa y participativa. Es por ello que promueve la inclusión social, la participación ciudadana y el reconocimiento de la diversidad cultural, e incentiva acciones estratégicas para fortalecer el rol educativo y social de los museos, mediante el desarrollo e implementación de proyectos educativos, culturales y recreativos.

El trabajo articulado entre estas disciplinas posibilita la creación de metodologías para generar una transformación social más tangible y directa con los beneficiarios. Ahora bien, ¿por qué el arteterapia tiene lugar en un museo? El museo es inspirador, puede hacer sentir a las personas valiosas, y promueve la inclusión social.

En estos espacios se abre un ámbito de reflexión y diálogo para la construcción de nuevos enfoques y posibilidades, ya que al pensar “fuera de la caja”, es decir, de manera no convencional, y mediante un proceso creativo guiado por un especialista, se crean nuevos sentidos y se originan universos simbólicos. El museo genera identidad, individual y colectiva.

Las obras de arte pueden provocar un impacto emocional en las personas porque nos dicen algo o reflejan algo, que muchas veces opera de espejo de nuestras emociones. Cuando el arteterapia entra en juego dentro de un museo, busca otorgar a los participantes herramientas que promuevan su bienestar físico, psíquico y emocional.

A su vez, las obras de arte pueden provocar un impacto emocional en las personas porque nos dicen algo o reflejan algo, que muchas veces opera de espejo de nuestras emociones. Cuando el arteterapia entra en juego dentro de un museo, busca otorgar a los participantes herramientas que promuevan su bienestar físico, psíquico y emocional.

Los museos no son espacios estériles. En ellos nacen nuevas formas de sentir y conectar con el arte gracias a que las personas interactúan y viven allí. El arteterapia brinda herramientas poderosas para transformar las salas de los museos en espacios de creación, desarrollo y bienestar. Pero no lo hace desde una perspectiva individualista, ya que mientras promueve el desarrollo personal, también fomenta la creación de espacios comunitarios inclusivos donde ocupa un rol clave la reflexión sobre las problemáticas sociales.

Carmen Olaechea y Georg Engeli, en el capítulo titulado “Transformación social y sociedad contemporánea”, que integra el libro Arte Intervención y Acción Social, de Ángeles Carnacea y Ana Lozano, sostienen:

Hablar de arte y creatividad en procesos de intervención y acción social supone, en primer lugar, que hay situaciones para arreglar, y que nosotros podemos hacerlo. Además, activa y pone en vínculo dos elementos esenciales de nuestra naturaleza: lo comunitario como modo de estar en la vida, y lo simbólico como modo de pensarnos en la vida (Olaechea y Engeli, 2013).

En estos tiempos, el arteterapia da soporte al impacto emocional y psíquico que provoca la pandemia de COVID 19. La manifestación artística es de vital importancia para trabajar la ansiedad y la angustia, ya que pone al cuerpo en movimiento y lo transforma en un vehículo que se expresa y habla sin necesidad de palabras.

Al inicio de la pandemia, muchos museos de Estados Unidos (Small, 2020)  implementaron o comenzaron a idear maneras de acompañar a los ciudadanos. En muchos casos, se utilizaron técnicas de arteterapia. El museo de Queens organizó un proyecto llamado “La Ventanita”[1] para conectar hispanohablantes durante el confinamiento. Los participantes compartieron sus creaciones basadas en lo que veían a través de su ventana y, por medio del dibujo y la poesía, compartieron sus vidas antes y después de la pandemia.

Mi experiencia liderando talleres arteterapéuticos en museos apuntó, como mencioné anteriormente, a promover la salud y el bienestar de las personas. Trabajé junto al equipo de cada museo y los esfuerzos estuvieron puestos en la prevención de las consecuencias del encierro, la incertidumbre, la angustia e incluso la baja autoestima. Al igual que en la promoción del sentido de comunidad y de cercanía al museo como espacio de contención y de puente reafirmante de vínculos.

Los participantes se transformaron en creadores de sus propias historias, así como el museo se convirtió en un espacio más “humano”, porque el resultado de las creaciones de los participantes reflejaban sus sentimientos, pensamientos y experiencias en el transcurso de la pandemia y el confinamiento estricto.

Mi trabajo inició justo antes de la pandemia, en febrero de 2020, cuando tuve la oportunidad de realizar un taller presencial para adultos mayores en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, llamado “Ritmo Garabato”. El grupo estuvo conformado por hombres y mujeres de entre 62 y 92 años de edad. Los integrantes se conocían entre sí, ya que residían en el mismo hogar, ubicado en las cercanías del museo. El objetivo fue brindar un espacio para el desarrollo del bienestar emocional y la estimulación sensorial y motriz.

Los participantes experimentaron la estimulación de los sentidos y la liberación de emociones a través del movimiento, la sonoridad y los trazos en el papel. El encuentro funcionó como un puente de reconexión con etapas de sus vidas y una oportunidad para afianzar vínculos.

“Ritmo Garabato” dejó en evidencia el deseo por parte de los participantes de ser escuchados, del contacto físico y de autopercibirse como seres creativos.

Una de las participantes mencionó al terminar su obra que vio reflejada en ella la clave morse que su padre conocía. Sentir el ritmo de la música y el impulso del movimiento en su cuerpo la llevó a ese momento en su infancia junto a su progenitor.

Durante la creación de su obra, esta persona habló sobre la dificultad que sentía para pintar y crear algo. Al conversar sobre su obra, dijo espontáneamente: «Esto parece mi ADN».

Durante la pandemia de 2020, cuando Argentina se encontraba en un confinamiento estricto, realicé una serie de seis talleres en el Museo Casa de Ricardo Rojas. Fueron talleres abiertos en formato online y de intervención leve para familias amigas del museo y público en general. El formato online permitió la participación de personas ubicadas en diferentes lugares de la Argentina y también en otros países de América Latina, además de España y Estados Unidos.

 

Los talleres, diseñados con un nivel de intervención leve, se enfocaron en la contención, apoyo y acompañamiento a través de la creación y la reflexión colectiva. El ejercicio creativo inició desde la búsqueda y elección de materiales en casa, pedimos contar con materiales que tuviesen a la mano y todo era válido. Se presentó al Arte como un puente de autoexploración, de conexión con nuestro mundo interno y con las otras personas y, asimismo, como un recurso de creación, juego, descubrimiento y comunicación.

Se trabajó el acercamiento a la naturaleza a través de meditaciones guiadas y a la siembra desde la sonoridad de tambores oceánicos y campanas Koshi y desde la construcción de un personaje y el uso del collage.

El acercamiento simbólico a la naturaleza despertó reflexiones como:

“…de alguna manera también poder entender que la soledad puede acompañarnos y eso, es mucho decir. Es algo que no nos deja solos realmente frente a la naturaleza y el universo, sino que también hay todo un mundo muy grande, más allá de que quizá no haya otras personas con nosotros” (hombre mayor de 55 años).

Los participantes se transformaron en creadores de sus propias historias, así como el museo se convirtió en un espacio más “humano”, porque el resultado de las creaciones de los participantes reflejaban sus sentimientos, pensamientos y experiencias en el transcurso de la pandemia y el confinamiento estricto.

Una participante chilena de 25 años aproximadamente compartió su sentir: “… mis sueños, allá donde está mi libertad, apenas la toco. El peso de la contención es tierra y raíces, es amor y esfuerzo. Un gran árbol que mira al cielo como mirando la libertad.”

Durante las sesiones, se trabajó sobre el tema de la soledad, la sensación de aislamiento y la necesidad de contacto con la naturaleza. Los talleres fueron un puente entre el mundo interno de cada participante y la realidad colectiva que vivíamos todos.

Estos casos muestran el poder transformador que tienen estas disciplinas cuando trabajan sinérgicamente. Ponen en evidencia al museo como un espacio de contención y de creación de identidades.

La museología y el arteterapia tienen grandes desafíos por delante si continúan ampliando sus campos de acción y si profundizan aún más su trabajo con las comunidades.

Bibliografía

International Council of Museums (ICOM) (29 de abril de 2020). Museos y COVID-19: 8 pasos para apoyar la resiliencia de las comunidades. Recuperado de: https://icom.museum/es/news/museos-y-covid-19-8-pasos-para-apoyar-la-resiliencia-de-las-comunidades/

López Martínez, M. D. (2011). Arteterapia y Museos: Puntos de encuentro. Arte y políticas de identidad, vol. 4, pp. 127-136. Servicio de Publicaciones de la Universidad de Murcia. Murcia, España.

Olaechea, C. y Engeli, G. (2013). “Transformación social y sociedad contemporánea”. En Carnacea, A. y Lozano, A. Arte Intervención y Acción Social. Editorial Grupo 5. España.

Zachary Small (15 de junio de 2020). Museums Embrace Art Therapy Techniques for Unsettled Times. The New York Times. Recuperado de: https://www.nytimes.com/2020/06/15/arts/design/art-therapy-museums-virus.html?auth=link-dismiss-google1tap


[1] La Ventanita: A Collective Art-Making Initiative in Response to COVID-19. Queens Museum. https://queensmuseum.org/2020/04/la-ventanita


[*] Arteterapeuta de la Escuela Argentina de Arteterapia y Educadora para la Paz de la UN-Mandated University for Peace.

Cómo citar este artículo:

Flórez, D. (2022). “Arteterapia y museología: disciplinas puestas en valor para crear formas artísticas con un enfoque comunitario y social”. Arteterapia. Proceso Creativo y Transformación, Nº 10, pp. 13-16. Recuperado de https://arteterapiarevista.ar/