Co-cuidado entre arteterapeutas

Andrée Salom[1]

El co-cuidado entre arteterapeutas se vuelve fundamental para combatir la fatiga por compasión y el agotamiento entre profesionales, temas que trata la autora a la vez que propone herramientas para un abordaje solidario del ejercicio de profesiones de la salud.

 

Resumen

Los arteterapeutas, como todos los cuidadores, enfrentan desafíos físicos y emocionales. Lidian, además, con estresores específicamente relacionados con el cuidado de la profesión, que pueden contribuir a la fatiga por compasión y al agotamiento. Tienen sin embargo, como fortaleza, un repertorio de recursos creativos y colaborativos que se pueden emplear para aumentar la solidaridad entre colegas.

Palabras clave: arteterapia, co-cuidado, fatiga por compasión, bienestar, equipos de trabajo.

Introducción

Como regalo de despedida de una mágica sala de juegos para niños con enfermedades crónicas y terminales, mi supervisor me dio un libro que me causó preocupación. Estábamos en la unidad pediátrica del Hospital Mount Sinai en la ciudad de Nueva York, y él era un experto en desarrollo infantil. El libro On being a therapist, de Jeffrey A. Kottler, describe los desafíos de la profesión terapéutica de manera franca y sin adornos. Cautivada por los colores, las metáforas, los vínculos y el brillo inicial de una terapeuta novata, el contenido del libro me afectó como un baldazo de agua fría. Me pregunté si mi supervisor regalaba el libro habitualmente o si vio en mí un entusiasmo excesivo, que valía la pena calibrar. 

Veinticinco años después, estoy agradecida por el sacudón. Fue un ajuste en las expectativas. Sé, ahora, que los profesionales de servicios humanitarios, que cuidamos de individuos y/o de grupos con necesidades especiales, enfrentamos situaciones exigentes (emocionales y físicas). Y lo hacemos de manera continua. Me dedico, en parte y con gran gusto, a dirigir sesiones de cuidado mutuo y de autocuidado para educadores, psicólogos, trabajadores sociales, enfermeros, dentistas, fonoaudiólogos, fisioterapeutas y otros cuidadores. 

Los cuidadores, a quienes cuido, tienen clientes que enfrentan riesgos severos. A veces sienten culpa por una intervención que se hizo o por una que no se hizo, o por no poder darles el gusto a los clientes y a sus familias. A veces sus clientes se van y no se vuelve a saber de ellos. Los entornos laborales pueden carecer de estrategias de apoyo intencional. La carga laboral puede ser alta e implacable. De pronto, el trabajo es subvalorado. De pronto, hay conflictos no resueltos entre colegas. O los horarios son extendidos y no remunerados. 

Los cuidadores (todos) enfrentan estresores recurrentes relacionados con lo inesperado: lo abrumador, la crisis, la urgencia, la pérdida y el duelo. Las personas sufren. Los cuidadores atestiguan. Y se vinculan. 

Por lo tanto, mi pregunta continua es: ¿puede el co-cuidado ser un objetivo mutuo entre colegas?

Fatiga por compasión y agotamiento 

La fatiga por compasión (Gustafsson, T. & Hemberg, J., 2022; Figley, 2002) se refiere al cansancio físico y emocional que se relaciona con el cuidado compasivo de otros. Aunque se diferencia, a veces está vinculado con el trauma vicario o el estrés secundario, y se entiende como un impacto agotador. Surge al cuidar a individuos que han estado expuestos a alguna forma de trauma, incluido el trauma intergeneracional. Se puede entender como una forma de contratransferencia (Figley, 2002, pp. 2-3), y se ha asociado con la palabra contagio. Lo imagino como una onda transmitida, en contextos de atención y cuidado sostenido, entre clientes y terapeutas, por ejemplo. O entre supervisados y supervisores. 

El término fatiga por compasión unifica dos estados (fatiga y compasión). A menudo van de la mano, pero pueden causar conflicto cuando se nombran juntos. Los cuidadores pueden sentir culpa por la fatiga, enojo por la compasión o frustración en general.

El agotamiento es parecido, pero diferente, a la fatiga por compasión. Pienso en el agotamiento como el cansancio resultante de las dificultades logísticas, administrativas, de gestión y de tensión entre colegas. Es el desgaste dentro de instituciones, proyectos, colaboraciones o demás esfuerzos laborales (Edú-Valsania, S., Laguía, A. & Moriano, J. A., 2022). Lo relaciono con los estresores correspondientes a las profesiones de cuidado, aparte del contacto directo con los clientes. Es el costo emocional relacionado con:

  • Informar al público sobre el alcance de un tratamiento.
  • Crear empleos y encontrar a las personas para los puestos. 
  • Formar una asociación. 
  • Establecer un programa educativo.
  • Revisar aspectos legales y/o comerciales.
  • Implementar un proceso de acreditación, etc.

Como término, agotamiento me recuerda a electricidad, bombillas raspadas, cables pelados y altos voltajes que se encienden exageradamente, se consumen de manera inesperada y se extinguen.

Una disminución en la empatía (y en consecuencia en la calidad de los servicios) es evidencia de una sobrecarga de estrés. Puede verse en términos de respuestas de lucha-huida-congelación. Aquí, dado que los recursos relacionales son centrales para la regulación somática (Ogden, 2021), y que el trabajo en equipo fue un factor protector entre los trabajadores de salud durante la pandemia de COVID-19 (Bismark, Smallwood, Jain & Willis, 2022; Toscano, Tommasi & Giusino, 2022), me enfoco en la importancia del co-cuidado entre arteterapeutas.

Desafíos específicos a arteterapeutas

Los arteterapeutas tienen desafíos específicos. Harriet Wadeson escribió que 

[…] muchos de nosotros hemos tenido que luchar mucho por lo poco que tenemos: bajos salarios, comprensión mínima de nuestro trabajo, un avance lento en nuestras carreras (2002, p. 83).

La naturaleza multidisciplinaria de la profesión lleva a retos profesionales que vale la pena examinar en conjunto, entre diferentes generaciones de arteterapeutas. 

Es desconcertante, para un arteterapeuta recién egresado que ha cumplido con todos los requisitos académicos y clínicos, descubrir que sus estudios son subestimados o desacreditados. Así es en algunos entornos laborales y en relación con otros profesionales de la salud. En especial en países en donde la profesión aún no está establecida, los arteterapeutas repiten la información sobre lo que hacen una, y otra, y otra vez. Se les exige instruir sobre su alcance y su credibilidad. Deben ser elocuentes para diferenciar las disciplinas afines. Endiosar a la profesión es una tarea difícil para aquellos que no desean ejercer un constante papel pedagógico. Adicionalmente, lidiar, como comunidad, con los polos de la profesión y los muchos marcos teóricos dentro de su continuo, no siempre es fácil. Las dinámicas de poder y las transgresiones entre colegas inciden en la desconexión y el estrés en el trabajo. Por su parte, tener apertura recurrente hacia las imágenes, durante y después de las consultas, es una tarea emocional. 

Dada la atención sostenida (a situaciones dolorosas) y la alianza con una profesión que aún necesita reconocimiento (al menos en algunos países), los arteterapeutas tienen un alto potencial de fatiga por compasión y agotamiento

Espacios solidarios entre colegas

Los equipos de alto rendimiento prosperan, si tienen “seguridad psicológica” (Edmondson, 2018). Florecen cuando son capaces de explorar debilidades, investigar desaciertos, dudar de las aparentes certezas y aprender en equipo: sin perder de vista que “el error” es parte de la experiencia humana (Edmondson, 2023). Asimismo, si se comunican sobre sus vínculos, tienen un mayor sentido de pertenencia. La generosidad mutua (basada en el reconocimiento de las particularidades, las capacidades, el ingenio y la confianza de cada uno, puede establecer una comunidad colaboradora. Sin ello, las dificultades interpersonales persisten y abruman. 

Además de dirigir grupos de cuidado para cuidadores, dirijo talleres específicos para arteterapeutas y estudiantes de arteterapia. El fin es crear espacios lo suficientemente seguros, en torno al cuidado que nos ofrecemos. Busco que los participantes reconozcan sus necesidades propias y luego distingan las necesidades de otros. Se exploran las relaciones mutuas (desde la imagen) sin la obligación de hablar. Entre otros ejercicios, he diseñado el siguiente: 

      1. Durante la primera etapa, les pido a los participantes que consideren diferentes necesidades, en relación con sus colegas, mientras garabatean libremente. 
      2. Luego, los invito a que elijan la necesidad más apremiante como tema para una segunda imagen. Los participantes tienen, por lo menos, 20 minutos para desarrollar una obra, en el medio artístico de su elección. Algunos usan el garabato inicial como punto de partida. Otros comienzan de nuevo.
      3. Una vez que las piezas están completas, invito a los participantes a agudizar sus habilidades de escucha activa. Cada uno tiene un tiempo determinado para hablar (si quiere hablar) sobre sus ideas, experiencias y dibujos. Nadie está obligado a presentar. Les pido que observen las reacciones internas durante el transcurso del taller, sin nombrar contrapuntos ni iniciar discusiones. La idea es participar en un campo de atención unificado. 
      4. Si el tiempo lo permite, se hace una segunda ronda, en la que cada participante tiene un momento adicional, para decir lo que le falta (si le falta y si lo desea). 
      5. Cada persona cierra agradeciendo un elemento de apoyo entre colegas, o del encuentro, y finalmente con una palabra que resume lo que se aprendió o se quiere cultivar.

Los procesos artísticos, como de costumbre, proporcionan un medio dosificado de mediación, expresión y comunicación. Los participantes, por lo general, se oyen con atención: reconocen su humanidad conjunta y construyen estrategias de co-cuidado. 

Los cuidadores (todos) enfrentan estresores recurrentes relacionados con lo inesperado: lo abrumador, la crisis, la urgencia, la pérdida y el duelo. Las personas sufren. Los cuidadores atestiguan. Y se vinculan.

 

Códigos éticos

Al nivel de las asociaciones de arteterapia, algunas (alrededor del mundo) estipulan lineamientos éticos entre colegas, otras no. La solidaridad aporta belleza.

Los arteterapeutas pueden trabajar juntos para darle prevalencia a la solidaridad, dentro de los códigos éticos que los rigen. Se justifica:

      1. Revisar el crédito otorgado a los diseños metodológicos, educativos e informativos. Los arteterapeutas se esfuerzan por reconocer la autoría de las obras de sus clientes y por pedir consentimientos informados para el uso, delimitado, de esas imágenes. Raramente se da una conversación sobre la propiedad intelectual de los diseños y contenidos de los arteterapeutas. Los derechos creativos son difusos dentro del campo. La forma en que se reconocen (o no) afectan la estabilidad económica, la dignidad, la confianza. 
      2. Establecer acuerdos básicos sobre la competencia leal versus la desleal, y enfatizar en la claridad de roles entre colegas. Los roles duales (como dar y recibir apoyo, y ser competencia de manera simultánea) son problemáticos. 
      3. Dentro de los espacios para hacer o ver arte juntos, una perspectiva como el de Sistemas Familiares Internos (Schwartz, 2013) apoya relaciones “lo suficientemente buenas”.

 

Urge invitar: 

    . A las partes vulnerables e inseguras de los arteterapeutas, las que cometen errores, no tienen una destreza o sienten vergüenza (como terapeutas y/o académicos). 

    . A las partes enojadas, que protestan para establecer límites saludables, luchan contra la injusticia o abren un cambio. 

    . A las partes innovadoras y capaces, que celebran la conexión, los aciertos, y los logros propios y ajenos. 

Las divisiones son distracciones. Cada parte es de todos.

 

 

El término fatiga por compasión unifica dos estados (fatiga y compasión). A menudo van de la mano, pero pueden causar conflicto cuando se nombran juntos. Los cuidadores pueden sentir culpa por la fatiga, enojo por la compasión o frustración en general.

 

Conclusión

Los arteterapeutas cotidianamente establecen pautas para acoger a la vulnerabilidad. Los entornos seguros –para clientes (cuidadores y otros) y supervisados (colegas y estudiantes)– se pueden extender entre pares más a menudo. La solidaridad mitiga la fatiga por compasión y el agotamiento.

Designar tiempos y espacios para poner en práctica los recursos relacionales (escucha activa, trabajo en equipo, dar y recibir apoyo, celebrar logros, establecer límites y acoger aprendizajes, etc.) puede mejorar el sentido de empatía, confianza, relajación, capacidad y conexión. Igual de importantes –para reparar vínculos y procesar e integrar experiencias– son las estrategias de cooperación mutua desde los recursos creativos (hacer arte juntos o para intercambiar, elaborar dibujos sobre las colaboraciones ideales y las no ideales, reflexionar sobre una imagen entre varios, ir juntos a galerías o museos). Los lineamientos éticos, a su vez, son centrales para establecer pautas de bienestar.

El conocimiento (texturizado y con capas) de un arteterapeuta es para extender el entusiasmo de un recién egresado a lo largo del tiempo.

 

Además de dirigir grupos de cuidado para cuidadores, dirijo talleres específicos para arteterapeutas y estudiantes de arteterapia. El fin es crear espacios lo suficientemente seguros, en torno al cuidado que nos ofrecemos.

 

 

Bibliografía

Bismark, M., Smallwood, N., Jain, R. & Willis, K. (2022). Thoughts of suicide or self-harm among healthcare workers during the COVID-19 pandemic: qualitative analysis of open-ended survey responses. BJPsych Open, 8(4), e113.

Edú-Valsania, S., Laguía, A. & Moriano, J. A. (2022). Burnout: A review of theory and measurement. International Journal of Environmental Research and Public Health, 19(3), 1780.

Bloch, C. (2002). Managing the emotions of competition and recognition in academia. The Sociological Review, 50(S2), 113-131.

Edmondson, A. C. (2018). The fearless organization: Creating psychological safety in the workplace for learning, innovation, and growth. John Wiley & Sons.

—(2023). Right kind of wrong: The science of failing well. Simon and Schuster.

Figley, C. R. (Ed.). (2002). Treating compassion fatigue. Routledge.

Gustafsson, T. & Hemberg, J. (2022). Compassion fatigue as bruises in the soul: A qualitative study on nurses. Nursing Ethics, 29(1), 157-170.

Kottler, J. A. (2022). On being a therapist. Oxford University Press.

Ogden, P. (2021). The different impact of trauma and relational stress on physiology, posture, and movement: Implications for treatment. European Journal of Trauma & Dissociation, 5(4), 100172.

Project Aristotle. Retrieved April 30, 2023. Project Aristotle. https://rework.withgoogle.com/print/guides/5721312655835136/

Schwartz, R. C. (2013). Moving from acceptance toward transformation with internal family systems therapy (IFS). Journal of Clinical Psychology, 69(8), 805-816.

Toscano, F., Tommasi, F. & Giusino, D. (2022). Burnout in Intensive Care Nurses during the COVID-19 pandemic: a scoping review on its prevalence and risk and protective factors. International Journal of Environmental Research and Public Health, 19(19), 12914.

Wadeson, H. (2002). Confronting Polarization in Art Therapy. Art Therapy: Journal of the American Art Therapy Association, 19(2), 77-84, DOI: 10.1080/07421656.2002.10129345

 

 

 


[1] Arteterapeuta (Pratt InstitutePratt Institute, Nueva York, USA). Sesiones de arteterapia virtual, talleres de cuidado al cuidador, supervisión e integración de estados expandidos de conciencia.

Cómo citar este artículo: 

Salom, A. (2024) Co-cuidado entre arteterapeutas. Arteterapia. Proceso Creativo y Transformación, 12.