El arte como recurso terapéutico frente al tratamiento del dolor. Una investigación interdisciplinaria desde una variante transcultural
Abstract
Esta tesis aporta un abordaje científico e interdisciplinario en un área de investigación (arteterapia y dolor crónico) sobre la que no hay publicados estudios científicos relevantes. El arteterapia como terapia complementaria en un equipo interdisciplinario, en el tratamiento de pacientes con dolor crónico dentro del marco hospitalario, desarrolla la función creadora como fuerza transformadora para elaborar y expresar el dolor y el sufrimiento, y colabora en la mejora de la calidad de vida del paciente.
La tesis se pregunta cuáles son las implicancias del proceso creador en el dolor y su efecto en la calidad de vida de los pacientes con dolor crónico. Para ello, se define y desarolla, por un lado, el arteterapia como disciplina específica, y por el otro, el dolor y el sufrimiento desde un enfoque integrador. Posteriormente, se reflexiona sobre el efecto del dolor y el sufrimiento en nuestra sociedad contemporánea.
En la segunda parte de la tesis, se expone un análisis de datos a partir de la metodología utilizada en los tres países en que fue implementado el proyecto: Francia, Brasil y Argentina. Una investigación internacional donde el arte se presenta como un recurso terapéutico al servicio del dolor, como fuerza transformadora.
Palabras clave: Arteterapia. Dolor. Sufrimiento. Hospital. Equipo. Transcultural.
Descripción del proyecto
Esta investigación doctoral se propuso desarrollar, fundamentar y evaluar los efectos del arteterapia como herramienta complementaria dentro del marco hospitalario, en pacientes que padecen de dolor crónico, principalmente fibromialgia, lumbalgia crónica, neuropatías y dolor oncológico. En las conclusiones se demuestran los beneficios de la inclusión de la práctica del arteterapia como complemento al tratamiento médico dentro de un equipo pluridisciplinar.
La experiencia del proyecto fue desarrollada, en una primera etapa, en Clermont Ferrand, Francia, en el Centro Hospitalario Universitario (2010); luego, en Río de Janeiro, Brasil, en el Hospital do Servidores de Estado (2012); y en una tercera instancia, en Buenos Aires, Argentina, en el Hospital Italiano (2013). Tiene en consideración una revisión epistemológica, filosófica y metodológica, abriendo nuevas reflexiones acerca de la diversidad de terapias complementarias en el tratamiento del dolor crónico, y sobre el poder del proceso creador en el restablecimiento del paciente. El hecho de realizar el estudio en tres países diferentes permite también la inclusión del factor transcultural como aporte adicional.
Fundamentación
Durante la última década se incrementó la investigación científica acerca del dolor crónico, con avances significativos en relación a su etiología, evaluación y tratamiento, así como también la perspectiva biopsicosocial del dolor, que hace hincapié en la necesidad de comprender las complejas interacciones entre los factores biológicos, psicológicos y sociales. Hoy, la necesidad de entender estas interacciones ganó posiciones progresivamente entre los profesionales de la salud.
La intervención psicológica es relevante puesto que la experiencia del dolor afecta de forma integral a la persona, en sus dimensiones cognitiva, afectiva, somática, conductual y de interacción social. Por su parte, el arteterapia demostró un impacto positivo en pacientes con cáncer y con desórdenes psiquiátricos.
La pregunta central de esta investigación fue: ¿Cuál es el efecto del arteterapia como terapia complementaria a las prácticas médicas para el tratamiento del dolor y sufrimiento dentro del marco hospitalario?
Las preguntas derivadas fueron las siguientes: ¿Cuáles son las condiciones para que el arteterapia sea efectiva y útil en el tratamiento del dolor? ¿En qué medida el arteterapia puede colaborar en la mejora de la calidad de vida del paciente con dolor? ¿En qué condiciones el dolor obstaculiza el proceso creador? ¿Cuáles son las ventajas presentadas específicamente con el tratamiento a través del arteterapia? ¿Cuál es el efecto del proceso creador en el dolor? ¿Cuáles son los riesgos y beneficios más específicos? ¿Qué ventajas y límites tiene el arteterapia frente al tratamiento del dolor crónico en la actualidad dentro del equipo multiprofesional? ¿Cómo afectan las coordenadas educativas en el desarrollo de la construcción social del dolor y en el desarrollo de la capacidad creadora, y en la aceptación o rechazo al tratamiento ofrecido? ¿Cómo influye el factor socioeconómico en el tratamiento del arteterapia? ¿Favorece a la implicación del tratamiento la educación artística anterior, y la adquisición de habilidades artísticas favorece el tratamiento o lo dificulta? ¿Es necesario establecer pautas y sistematizar la técnica del arteterapia para su profesionalización, difusión y aplicación?
Observación y análisis de obras
Silvia, 36 años
Diagnóstico: lumbalgia crónica (Figuras 1 y 2)
La máscara de la Figura 1 fue realizada a partir de las emociones asociadas a su dolor, con los siguientes colores: para representar su tristeza y angustia, el negro; para su cólera, el rojo; y el verde, para la esperanza que aún tiene para seguir luchando. Colocó los signos de pregunta en la parte superior para remarcar la incertidumbre en relación al futuro.
En la segunda parte de la consigna (Figura 2), se invitó a la reconstrucción de la máscara del dolor, para lo cual se ofrecieron materiales diferentes, tales como telas, hilos, botones, lanas, cuerdas y hojas blancas. Es interesante observar el proceso de realización de este rostro. En un primer momento, tomó un trozo de tela (tul color negro), moviéndolo en la hoja blanca sin saber la forma que daría al nuevo rostro que le inspiraba la segunda propuesta. Luego comenzó recortando una boca, la nariz, y por último, los ojos y algunos pelos. Después empezó a dar forma al rostro, que se fue configurando poco a poco por completo.
Al finalizar esta creación como proceso, es importante señalar –además de la evidente descarga y verbalización de sus miedos– la angustia que le generaba el dolor, el temor al futuro luego de su separación. Pero no perdía la esperanza de una transformación del futuro en otra vida para ella y sus hijas, asumiendo esta realidad después de una reciente cirugía.
Pudo verbalizar nuevos aspectos de esperanza en otra vida para ella, aceptando su lumbalgia: “No sé por dónde comenzar… por eso empecé por la boca… tal vez tengo que hablar más para comprenderme y aceptarme más…”.
Un proceso de transformación profunda que parte de una aceptación del dolor y una nueva realidad desde las nuevas posibilidades y límites actuales.
María, 64 años
Diagnóstico: trastorno bipolar y dolor neuropático (Figuras 3, 4 y 5)
Es de suma importancia remarcar el proceso vivido por la paciente al pasar de una forma a la otra, permitiendo la expresión y transformación movilizada por emociones como la cólera y la ira, donde las palabras no eran suficientes para expresar tan fuerte sufrimiento de modo repetitivo y recurrente, ocasionando una violencia permanente hacia ella misma y hacia los demás.
Recapitulando dicho proceso, se puede observar la imagen de la Figura 3, que la paciente describió de la siguiente manera: “Es un perro de color rojo… un perro que está a la escucha, protector, fiel. La flor en su boca me tranquiliza… es hipersensible y de color rojo/naranja, que simboliza su cólera. Está en cólera”.
Es interesante observar la secuencia de esta cólera enmascarada y el modo en que va apareciendo y aflorando al exterior, a través de la imagen del diablo (Figura 4), en la que se hace evidente y produce un gran impacto. Y continuando la secuencia, se presenta en el proyecto de creación personal (Figura 5), el otro aspecto que marca la polaridad en la que la paciente vive de forma constante, representando la sabiduría, la perfección y el control de las emociones consideradas negativas por ella. Se trabajó esta polaridad para la integración de estos aspectos en su vida personal, para su autoconocimiento y aceptación.
A modo de síntesis, se pretende da cuenta el acompañamiento de un proceso y de la manera que se transforma, que implica un proceso personal, original, y que el paciente vive transformando/transformándose por medio de su obra.
La imagen del diablo surgió de modo sorpresivo, expresando mediante ella la fuerza de la cólera que la paciente verbalizaba en repetidas ocasiones cuando llegaba al taller, sintiéndose avergonzada y temerosa de lo que el resto del grupo diría o podría pensar, pero más aliviada de haber sacado afuera ese “monstruo que llevaba dentro”. La impresión de su propia producción e implicación en dicho proceso posibilitó, en la sesión siguiente, dejar de “hablar de la cólera” y comenzar así un proyecto de creación individual que tituló “Hadas de conocimiento”.
La síntesis escrita luego de la realización del proyecto fue la siguiente: “Un hada que nos aporta el conocimiento que está dentro de su libro. Ellas hojean las páginas que nosotros no aceptamos, como el miedo, la angustia, el dolor, la fatiga, porque ella aprendió la libertad, la esperanza y el amor… Cada lucha viene a través del conocimiento y reparte felicidad y pureza después de su lectura”.
La finalización de este proyecto integró un gran aprendizaje para esta paciente como revelador de la fuerza de la emoción de su cólera, que ella había caracterizado como negativa, y le permitió observar nuevos aspectos de sí misma (la importancia del autoconocimiento y la fuerza de las emociones para su transformación, más que el control de ellas). Un verdadero acompañamiento en la forma, el proceso y el dolor, no desde un control, sino desde una manera más personalizada, eficaz y creativa.
Juan, 37 años
Diagnóstico: fibroamilgia, síndrome de fatiga crónica y depresión (Figuras 6, 7 y 8)
El acompañamiento de una forma que se evidencia en la Figura 6, donde el personaje central del collage es un mendigo, siguió en la Figura 7, en la que el paciente expresó con total fuerza y precisión los detalles de la “Bestia del Dolor”, como tituló su obra, expresando la vivencia de un dolor, con gran hostilidad, y enfatizando la fuerza monstruosa del impacto que este provocó en su vida (viviendo en la soledad extrema, con total agresividad del medio y deterioro de recursos económicos, afectivos y sociales como consecuencia del dolor y depresión en los que se ve sumergido en su vida cotidiana).
En la Figura 8, mediante “El hombre del cigarrillo, autorretrato de una miseria avanzada”, se representa a sí mismo como la antesala de su depresión ya diagnosticada. A partir de esta creación, el equipo médico se puso en alerta y el paciente fue derivado a realizar un trabajo terapéutico con carácter de urgencia.
La síntesis efectuada por el paciente al finalizar la obra es la siguiente: “Poder al fin evadirse de una realidad que nos incumbe, la violencia psíquica del dolor, la desesperanza. La enseñanza terapéutica escapa algunos instantes a fin de crear un espacio de dulzura, de bienestar, reencontrando el deseo de continuar, las ganas de existir simplemente. Encontrar el corazón del instante. La necesidad de vivir”.
A través de este hecho se manifiesta cómo el arteterapia puede actuar como complemento eficaz al trabajo en equipo, tanto médico como psicológico y psiquiátrico. Para este paciente sin formación académica en arte, pero con un gran potencial artístico, se señala de qué manera el arte como recurso terapéutico ayuda a desfocalizar su dolor, produciendo relajación y un estado de concentración que lo revitaliza y ofrece alivio en la expresión de tanto sufrimiento, reconectándolo con una acción en su propio proceso creador y a la vez con una necesidad personal, un nuevo interés para explorar… otra mirada que se instala.
Silvia, 36 años
Diagnóstico: fibromialgia (Figuras 9 y 10)
Para el proyecto personal (Figura 9) la paciente trajo varios objetos de su casa, tales como una caja de vinos que pertenecía a su exmarido (antiguo sommelier), tarjeta de invitación de su casamiento, tarjetas de bautismo de sus hijas, caja de alianzas y papeles. Su idea inicial se centraba en fijar todos los objetos en la caja, realizando una escultura. Luego de experimentar muchas posiciones con estos, sacándolos y poniéndolos en la caja (fuera, dentro, alrededor), no quiso continuar con el material que ella había traído y con el proyecto inicial.
Desde esa confusión tomó un hilo de alambre fino y comenzó a dar vueltas sin saber qué hacer, ni cómo… y así empezó a realizar círculos que poco a poco fueron tomando cuerpo, tornándose en una escultura de alambre representada por una sucesión de vueltas unidas y sostenidas en algún punto, que lograba equilibrio al ser apoyada en una superficie.
Más tarde, continuó haciendo un esqueleto, al que le colocó una columna torcida, y para finalizar lo puso en el centro de la escultura, dándole así nombre a la obra: “Equilibrio en movimiento”.
Ante la síntesis que se le solicitó, escribió lo siguiente: “Renacimiento. Yo encontré el gusto de crear, a pesar de mis bloqueos… perdí el deseo de hacer, pero en el transcurso de la sesiones volvió poco a poco… pienso en el pasado, pero nada es como en el pasado… Yo no me concentro lo suficiente, esto me demanda mucho más esfuerzo que antes…”.
Al inicio, su intención se centraba en fijar los objetos del pasado, como si de alguna manera intentara colocar todas las cosas asociadas a su pasado, y detenerlo y fijarlo ahí, bien guardado para que no se mueva. Es fundamental señalar la riqueza simbólica de cada uno de los objetos, como la caja de vinos (de su exmarido, sommelier), la caja de alianzas o las tarjetas de bautismo, entre otros.
La intención primera fue sujetarlos para fijarlos, realizando una escultura que no fue posible, ya que en el transcurso de la obra esta fue desmoronándose. Al vivenciar la dificultad de fijar los objetos, prefirió dejarlos y continuar guiada por aquellas sensaciones y emociones que le permitieron seguir su propio proceso en la búsqueda de nuevas formas que permitan la liberación de su necesidad más esencial a ser revelada.
En la segunda parte, re-creando el proyecto inicial logró la síntesis de “Equilibrio en movimiento”, experimentando la creación como un proceso de transformación, en donde el equilibrio se fue construyendo en cada paso de forma sutil y verdadera, con la creación de estructuras más móviles que se van flexibilizando para lograr un equilibrio entre el presente, en su relación con el pasado y en proyección a un futuro más flexible, y por ende, más creativo. Son experiencias que se anticipan en el campo de la creación y luego se trabajan terapéuticamente para integrarlas en la vida cotidiana.
La inserción del personaje en el centro de la escultura otorga a la obra un carácter de implicación personal y originalidad acorde a la profundidad del trabajo realizado en su doble objetivo artístico y terapéutico. Un equilibrio permanente entre el pasado y el futuro, que solo se vivencia en cada instante, y solo en la aceptación de este movimiento se puede articular una acción, un movimiento, un proyecto a desenvolver.
La continuación en nuevo proyecto se manifiesta en la Figura 10, con la realización de un mandala que representa un sol, una forma que surgió de mandera fluida y revitalizada, observando trazos y colores que reflejan el final de un proceso de revitalización y esclarecimiento, como a la vez, de un efecto de alegría y afirmación en su propia capacidad de organización y concreción en la acción creativa. Se trabajó a nivel terapéutico en su relación con su vida cotidiana.
Conclusiones
En este trabajo se intentó ofrecer una propuesta en la que el arte se presenta como recurso terapéutico frente al dolor crónico, con el objetivo de dar a conocer una visión contemporánea de la psicología humanista frente al dolor y los recursos a través del arte y el proceso creador, así como sus ventajas y limitaciones. Si bien no existe ningún tratamiento que asegure un resultado totalmente positivo, esto no supone que los niveles a los que se ha llegado no sean importantes. Por otra parte, se comprobaron los beneficios del proceso creador como experiencia transformadora en el dolor, colaborando en la calidad de vida de la persona que sufre y padece el dolor de manera continua.
El dolor precisa otra lectura más personalizada, en la que la persona ocupe el lugar que le pertenece, reconstruyéndose a partir de la aceptación del dolor y recurriendo a una reconstrucción de sí misma, apelando a su creatividad y re-inventando su vida para lograr otra convivencia con el dolor.
Durante la última década se incrementó la investigación científica sobre el dolor crónico, con avances significativos en relación a su etiología, evaluación y tratamiento, así como también la perspectiva biopsicosocial del dolor, que hace hincapié en la necesidad de comprender las complejas interacciones entre los factores biológicos, psicológicos y sociales.
Para su implementación, es necesario destacar la importancia de una adecuada metodología en arteterapia como terapia complementaria en el tratamiento del dolor, con una correcta evaluación para que, a partir de ella, se pueda seleccionar el tipo de tratamiento y lenguaje artístico que se considere más conveniente, según las características del paciente. Este es un requisito fundamental y necesario para poder evaluar su efectividad, que siempre deberá valorarse caso a caso y no de forma global.
Finalmente, se aparta de una visión limitada y subjetiva de la cultura y el dolor, como partes de este gran todo que se llama DOLOR y tiene nombre, apellido, país, familia, religión y una educación que son partes de este mismo dolor que sufre en la soledad de no ser comprendido en su esencia y originalidad por lo que quiere decir.
El presente artículo es parte de la Tesis de Doctorado defendida en diciembre de 2013 por la autora. Universidad del Salvador, Facultad de Psicología y Psicopedagogia, República Argentina.
* Doctora en Psicología. Arteterapeuta y Coordinadora del Programa Empatía en Acción de Arteterapia y Espiritualidad en el Equipo de Cuidados Paliativos del Hospital Italiano de Buenos Aires (Argentina).