El arteterapia con orientación antroposófica

El arteterapia antroposófico es un proceso creativo que se desarrolla por medio del intercambio entre el cliente, su trabajo artístico y el arteterapeuta. A través de propuestas artísticas concretas, se promueven procesos en el tiempo, transitando un camino de transformaciones, buscando despertar las fuerzas creadoras, que son también fuerzas de autosanación.

 

Sus inicios

El arteterapia con orientación antroposófica se desarrolla desde la primera mitad del siglo XX como fruto del trabajo conjunto entre médicos y artistas, y como una ampliación de la medicina antroposófica fundada por Rudolf Steiner e Ita Wegmann en Suiza. Se inicia en el año 1924, en la primera clínica antroposófica en Suiza, cuando la Dra. Ita Wegmann (1878-1943) le encarga a la Dra. Margarethe Hauschka (1896-1980) y a la pintora Liane Collot d’Herbois (1907-1999) que desarrollen ejercicios artísticos para favorecer los procesos de curación de sus pacientes. El primer centro de formación de arteterapeutas con orientación antroposófica fue creado por la Dra. Hauschka en Bad Boll, Alemania, en el año 1960. Hoy en día se practica el arteterapia en numerosas clínicas y consultorios en todo el mundo, en especial en Alemania, Suiza, Países Bajos y Estados Unidos.

Junto con la medicina antroposófica, el arteterapia con orientación antroposófica también está desarrollándose en Iberoamérica. En junio del corriente año tuvo lugar el Primer Encuentro Iberoamericano de Arteterapeutas con Orientación Antroposófica en Perú.

¿En qué consiste el arteterapia con orientación antroposófica? El arte ¿puede sanar?

El arteterapia antroposófico (ATA)1 es un proceso creativo que se desarrolla por medio del intercambio entre el cliente, su trabajo artístico y el arteterapeuta. A través de propuestas artísticas concretas, se promueven principalmente procesos en el tiempo, transitando un camino de metamorfosis, transformaciones, buscando despertar las fuerzas creadoras que son al mismo tiempo fuerzas de autosanación. Sus efectos se hacen visibles y/o perceptibles en el ámbito físico, vital, anímico y espiritual. Por medio del ATA, el alma aprende a abrirse y relacionarse de manera nueva por medio del asombro para con el mundo y la vida, para poder recibir lo nuevo.

El ser humano vive en un mundo de fuerzas polares: de formación y disolución, de luz y oscuridad, de frío y calor, de endurecimiento e inflamación, de orden y caos, de peso y liviandad, adentro y afuera, contracción y expansión. La actuación de estas fuerzas, en forma excesiva o disminuida, favorece el desarrollo de las diferentes enfermedades, al atravesar un límite que nos mantiene saludables. A través del ATA buscamos un camino para alcanzar un nuevo equilibrio y armonía, desde la enfermedad hacia la sanación, considerando la biografía personal, honrando el camino único e individual del cliente. La salud es un estado activo de constante búsqueda del equilibrio entre las polaridades.

¿Qué medios artísticos utilizamos?

Los elementos y técnicas artísticos actúan de maneras muy diferentes, tanto en los procesos anímicos como en los físico-corporales. Las formas y los colores nos rodean en el mundo visible, y ambos elementos son la base para el trabajo artístico. La belleza y la armonía son aspectos muy presentes en nuestro camino, siendo la naturaleza exterior y sus leyes una gran inspiración para nuestra propuesta.

Trabajamos con diversas técnicas de pintura, y es la técnica de acuarela sobre una hoja húmeda la que utilizamos con mayor frecuencia, ya que el alma fluye en el mundo del color y es allí donde puede fluir y brillar mejor, pudiendo armonizar aquí la relación de la vida psíquica con la vital (estimula la actividad glandular y activa el apetito).

El alma vive entre las polaridades de luz y oscuridad, al igual que el ámbito en donde surge el color. Si observamos con atención los colores en el cielo entre la noche y el día, y sus transiciones, podremos descubrir sus leyes, que son al mismo tiempo las leyes del alma. Por ello, después de un profundo trabajo y conocimiento, el arteterapeuta puede trabajar a través del color.

Por medio del color y las imágenes nos conectamos profundamente con nuestro sentir. Las transiciones entre un color y otro, o en un mismo color, nos permite respirar con mayor libertad, descubrir los finos matices que viven en el alma y diferenciar las sutilezas de nuestro sentir.

El dibujo es utilizado en sus variadas formas: dibujo de objetos-figurativo, sombreado diagonal, tiza pastel, dibujo dinámico, geométrico y de formas, con carbonilla. Se promueve un efecto diferente en el hombre según su utilización.

La arteterapeuta Eva Mees-Christeller ha descubierto la relación entre cada forma de dibujo con los efectos planetarios, que detallaré a continuación:

  • El dibujo figurativo nos ayuda a volver a conectarnos con el mundo, despertando el interés y amor por el entorno; nos permite aprender a ver de manera objetiva. Esta búsqueda por la fidelidad del dibujo con el propio objeto nos recuerda a un proceso saturnino.
  • El sombreado diagonal consiste en una repetición de trazos cortos inclinados, paralelos, que llegan como una suave lluvia a la hoja, creándose una entrada de luz, acompañada por un ritmo, permitiendo que las formas no se encierren por una línea de contorno; las formas surgen, aparecen dentro de este ritmo, que es siempre conducido por un trazo desde arriba hacia abajo. Puede hacerse con lápiz grafito y, en algunos casos, con lápices de colores. Encontramos aquí la cualidad lunar.
  • Con la tiza pastel se llega especialmente al sentir. Se puede trabajar con la mano activando el sentido del tacto, con un gesto suave, cual caricia sobre la hoja. La cualidad del planeta Venus se despierta en este modo de trabajar con delicadeza y amorosamente.

Dibujo con la mano tiza pastel.

  • El dibujo dinámico está vinculado a la cualidad mercurial, en donde los trazos fluyen en movimientos fluidos, sin fijar una forma determinada, sino mas las dinámicas que hacen a las formas, entrando en la corriente de lo que transcurre y deviene; es una especie de danza con el lápiz.
  • El dibujo geométrico nos permite trabajar con las leyes cósmicas, posibilitándonos ordenarnos y tranquilizarnos. Pueden ser realizados con reglas y compás, pero el efecto es aún mayor si logramos realizarlos a mano alzada. Aquí nos movemos dentro de las fuerzas de Júpiter.
  • El dibujo de formas nos conduce hacia una experiencia solar. A través de las rectas y las curvas, y su combinación, buscamos formas armónicas, que se desarrollan en el tiempo y en el espacio (nos recuerdan a las cintas trenzadas de los celtas y longobardos o las guardas ornamentales griegas).

«Cisne»

  • El dibujo con carbonilla nos invita a trabajar con la oscuridad al servicio de la luz. Se puede trabajar con el polvillo de las carbonillas con la mano y/o con la carbonilla entera, cortada en un trozo de unos 3 centímetros de largo. Necesitamos despertar las fuerzas del coraje, pudiendo llegar hasta un proceso dramático, activándose las fuerzas de la cualidad de Marte.

El modelado con arcilla, en donde permeamos a la materia de movimiento y vitalidad, creando metamorfosis y transiciones, nos permite vivenciar la forma, el límite, el sostén, el apoyo, la claridad y el orden en armonía. Activamos las fuerzas que hacen a la vida y al cuerpo porque, como expresa Rudolf Steiner, “en cada hombre habita un escultor” (Steiner, GA 308).

Escultura: «La Bola de Cristal». Trabajo con niñ@s

 

¿Cómo transitamos el camino?

Es de nuestra preferencia tener un diagnóstico médico y un intercambio personal para acompañar su tratamiento medicinal, en caso de tenerlo. En el consultorio del arteterapeuta, el cliente pinta dos o tres trabajos libres, sin indicaciones, en donde podemos intuir el comienzo de un camino a transitar, revelándose aspectos del ámbito físico, vital, anímico y espiritual.

El arte conmueve al ser íntimo e íntegro, permitiéndonos ser activos en nuestra propia sanación; de ser creadores, religando la materia y el espíritu. Por medio del hacer artístico podemos introducir el futuro en el presente. La libertad y amplitud que entraña el arte hace posible que cada persona encuentre el alimento y proceso que necesita transitar. El arte permite objetivar el mundo interior, posibilitando un camino de autoconocimiento a través de un lenguaje no-verbal.

El propio cliente trae consigo el camino para su sanación y se va develando en el proceso artístico junto al terapeuta artístico.

En la actualidad existen numerosos estudios científicos que testimonian desde la teoría y los resultados alcanzados, un importante apoyo en los procesos de sanación, activando el potencial del crecimiento interior y el equilibrio del padecimiento y manifestaciones de enfermedades, permitiendo en muchos casos la autorregulación, estabilización y reorientación del cliente, aumentando su autoestima y fuerzas de voluntad, vitalizando y refrescando.

Pintura húmedo en húmedo

Campos y ámbitos de acción

El ATA es aplicada en el tratamiento y prevención de enfermedades corporales, psicosomáticas y psíquicas, tanto crónicas como agudas, así como también en problemas de desarrollo, crisis biográficas y en la medicina paliativa. Puede ser ofrecida a niños, jóvenes y adultos. El ATA se trabaja, por lo general, en consultorio privado o en instituciones como hospitales, escuelas, clínicas, geriátricos y hospices, en forma individual y a veces en forma grupal, pero con un seguimiento personal.

 

Notas

1 ATA se refiere al arteterapia con orientación antroposófica.

Bibliografía

Mees-Christeller, E. (2016). Terapia Artística. Esencia y tarea del dibujo. Buenos Aires: Ed. Antroposófica.

 


 * Arteterapeuta con orientación antroposófica. Licenciada en Bellas Artes (UNA). Cofundadora de la formación para arteterapeutas con orientación antroposófica, Centro Vertical.