La danza como terapia

Mi historia con el arte se inició a muy temprana edad, cuando comencé a bailar porque me apasionaba. Veía la danza en la pintura de los cuadros, en los movimientos de la música, en los giros de las hojas de los árboles.

A los 4 años de edad mi pasión era la danza, y a los 7, el piano. No sabía que ya había elegido el camino del arte. Continué durante el colegio primario y el secundario, y en los dos últimos años entré por concurso al Ballet Oficial del Teatro “3 de Febrero” de Paraná.

Fui a la Universidad Nacional de Filosofía y Humanidades de Córdoba, y entonces me di cuenta de que tenía que elegir. Dejé piano al entrar, por concurso, al Ballet Oficial del Teatro Rivera Indarte. Luego, me presenté en el Ballet Oficial del Teatro Argentino de La Plata y en el grupo del Unicornio, dirigido por Oscar Aráiz (mi primera experiencia en danza contemporánea).

Ya en New York, gané la beca máxima de la Rostchild Foundation, por tres años para Martha Graham School of Contemporary Dance, e ingresé al Manhattan Festival Ballet. Fue una experiencia maravillosa, ya que cada programa incluía obras contemporáneas. Allí bailé coreografías de Anna Sokoloff y Merce Cuningham, y viví otras experiencias inolvidables.

Conocí que existía la danza/movimiento terapia y comencé a estudiar. Me recibí en el Medical College de la Universidad de New York. Aprendí cómo transformar la danza, para poder comunicarse, con pacientes psicóticos y traumatizados graves que no podían expresarse a través de la palabra lógica, desde las enseñanzas de Marian Chace. También las técnicas y recursos con niños, con adultos mayores y “neuróticos normales”, con Liljan Espenak.

Danza/Movimiento Terapia se enmarca en el campo de las terapias creativas, que incluyen las áreas de música, drama, psicodrama, arte, poesía y danza/movimiento terapia, y se dirigen a la totalidad de la persona, incorporando distintos canales de comunicación y creatividad:

[…] es una especialidad interdisciplinaria que ha generado una síntesis específica entre el arte de la danza/movimiento, los aportes científicos de la psicología y de la medicina. Se trata de una disciplina en salud mental basada en la evidencia –evidence-based– que sostiene un cuerpo teórico y metodológico propio (Reca, 2011: 4).

Se ocupa básicamente de “[…] movilizar la relación cuerpo/cerebro a través del movimiento” (Dulicai, 2006: 1) e incluye a la expresividad del cuerpo-en-movimiento/danza, la expresión emocional empática y la reflexión.

Volví a la Argentina durante los 70. Para entonces ya era miembro de la American Dance Therapy Association (ADTA) y había participado como expositora en el IV congreso de la Asociación, de la cual soy miembro didacta. Acá hice el Posgrado de la Sociedad Argentina de Psicodrama (SAP) en Psicodrama Clínico.

Mi experiencia en Argentina comenzó trabajando como asesora en el Ministerio de Educación y Cultura de La Plata y en el Teatro San Martín, al introducir la especialidad en la formación de cantantes líricos.

La experiencia terapéutica importante se constituyó a partir de la atención de sobrevivientes de tortura por razones políticas durante la última dictadura militar (1976-1983). Gente que sufrió cárcel, torturas, y sobrevivió.

Aprendí que el trauma profundo que experimentaron no encontraba forma de comunicación, ya que el dolor del cuerpo no es expresable a través del lenguaje. No hay palabras que puedan decir qué se siente; entonces implementé los recursos posibles a mi alcance para ayudarlos.

No podía supervisar ni hablar de lo que sucedía durante esos años. Ese fue el material de mi tesis doctoral de la Universidad de Palermo. Recientemente, ha sido publicado un capítulo, que es un estudio de caso sobre el trauma sufrido, en el libro The Oxford Handbook of Dance and Wellbeing, editado por la Oxford Press, que reúne a terapeutas de todo el mundo que escriben sobre la danza y el cuerpo, la danza y la educación, la danza y la comunidad, la danza en distintos contextos de salud.

La enseñanza central fue encontrar en la experiencia terapéutica que el cuerpo y la mente sufrían lo acontecido, no era físico o psíquico, y que en general se buscaban salidas relacionadas con lo artístico por lo padecido.

Una paciente armó una especie de sándwich con mantas y nadaba (es la imagen que yo veía) a través de las múltiples mantas de una punta a la otra. En un momento paró y me dijo: “Esta es la danza de mi martirio, y por ello no necesito más terapia, porque está allí todo lo que sufrí”. Un doctor en filosofía sanó transformándose en pastor de una iglesia reformada. Otra mujer soportó la cárcel dibujando y comiéndose luego sus dibujos. Hay muchos ejemplos de sanación a través de la experiencia artística que implica que la totalidad del ser pueda expresarse.

DMT nos transforma en personas sólidas y flexibles que integran el danzar en el mundo. Transforma al generar empoderamiento y resiliencia, para tener la posibilidad de adaptarse a distintos grupos…

Desde 2005 dirijo el Posgrado en Danza/Movimiento Terapia en DMT en la Universidad CAECE, para enseñar lo aprendido. Fundamentalmente la experiencia de ser la representante Argentina en el Comité Internacional de ADTA, donde nos reunimos todos los años a exponer ideas sobre cómo enseñar lo aprendido sin distorsionar nuestras bases culturales.

DMT nos forma. Informa y transforma. Nos forma como terapeutas en una disciplina interactiva, que está en continuo movimiento entre la práctica y la teoría que avala sus técnicas y, en la relación espejada y empática que se juega, entre cliente/paciente y terapeuta. Es decir, forma en aquello que es exquisito en la disciplina: las técnicas como los aportes teóricos que sustentan sus prácticas, constituyen abordajes móviles y adaptables a los sujetos involucrados en el acto terapéutico. Nos informa acerca del estado de distintos sistemas interrelacionados en interacción con el medio, o sea, del estado relacional del cuerpo-sistema, que se instala como sistema complejo. En el paradigma complejo la complejidad no se contrapone a la simplicidad, une e introduce la subjetividad (Morin, 1994).

DMT nos transforma en personas sólidas y flexibles que integran el danzar en el mundo. Transforma al generar empoderamiento y resiliencia, para tener la posibilidad de adaptarse a distintos grupos, con diferencias en etnicidad, cultura, religión, estatus socioeconómico, géneros y sexualidades, edades y capacidades físicas y psíquicas.

Bibliografía

Dulicai, D. (2006). Evidence-Based Outcomes- Humanistic and Arts Therapies. Long Beach: American Psychological Association.

Morin, E. (1994). El conocimiento del conocimiento, El método 2. Madrid: Cátedra.

Reca, M. (2011). Danza/movimiento terapia en la reconstrucción del mundo del sobreviviente de tortura, por causas políticas. Buenos Aires: Biblos.

 


* PhD, BC DMT (Board Certify Dance/Movement Therapist). Doctora en Psicología. Miembro didacta de American Dance Therapy Association (ADTA). Expresidenta de la Asociación Argentina de Danza Terapia (AADT). Directora del Posgrado en Danza/Movimiento Terapia de la Universidad CAECE.