Mesa de arena o bandeja de arena (sandtray) o juegos en la arena (sandplay). Primera parte

Resumen

Este artículo presenta los lineamientos básicos para trabajar mesa de arena desde la perspectiva junguiana y dentro del encuadre del Enfoque Centrado en la Persona. Esta tarea es parte del trabajo de capacitación y entrenamiento en terapias expresivas.

Palabras clave: mesa de arena, juegos en la arena, terapias a través de las artes expresivas.


El sandplay como método terapéutico fue desarrollado por la Doctora Dora Kalff a partir de la propuesta de Margaret Lowenfeld “World Technique” (con quien estudió en Londres), semejante al World Test de Charlotte Bülher, o a lo que era llamado “Erica method”, que fue implementado en Suecia durante más de 50 años como instrumento diagnóstico en psiquiatría infantil.

La Doctora Kalff –formada rigurosamente en la psicología junguiana– descubrió que el armado de series de figuras de arena o escenas creadas en la arena, trabajando tanto con niños como con adultos, representaba el devenir de hacer consciente lo inconsciente, y comprobó que el proceso era similar al análisis de los sueños en el proceso analítico. Demostró que trabajar en sandplay inicia un proceso psíquico, el cual es holístico y puede guiar un camino de sanación y desarrollo del potencial creativo de la personalidad. Además, afirma que cuando un niño o un adulto construye “mundos” con intervalos regulares, se puede observar un proceso de desarrollo profundo guiado por la totalidad de lo oculto inconsciente.

Basándome en sus investigaciones, aportes de terceros y los míos propios, tanto en trabajo con niños como con adultos, intentaré ordenar algunos conceptos fundamentales.

¿Qué es la mesa de arena?

Ante todo, quisiera aclarar el término que la define. La Doctora Kalff designa su método como “sandplay” (“juegos en la arena”), el cual tiene sus raíces en el juego simbólico del niño. Se encuadra dentro del término paradigmático junguiano de la “imaginación activa”, actividad que facilita el proceso de Individuación. Es un método no verbal en psicoterapia, basado en un trabajo práctico-creativo dentro de una bandeja con arena (sandtray).

El término “mesa de arena” es de mi invención, ya que si bien me nutro de la teoría junguiana e incluyo los lineamientos generales de la Doctora Kalff, agrego otros aportes teóricos y técnicos. En ella, la persona trabaja en varias dimensiones, involucrándose en su totalidad. Introduciendo las manos en la arena, el consultante constela las dimensiones psicológica y espiritual, dándoles forma visible desde sus propias manos.

Dentro de psicología evolutiva, todos sabemos que tocando, concretando y viendo, podemos pasar al concepto abstracto. También puedo agregar que, al trabajar con las manos en la arena, de manera espontánea se estimulan y movilizan energías creativas previas a las palabras. El tacto es un sentido que “contiene” historias. Acariciar, sentir la temperatura, deambular con ritmo propio produce un juego de tensiones que naturalmente actúa como ejercicio autocalmante y a la vez estimulador de imágenes, sensaciones o asociaciones. Esto dispone al sujeto a buscar formas, a dar o proyectar formas que irán construyendo escenas, donde luego aparecerá o no un relato.

El término “mesa de arena” es de mi invención, ya que si bien me nutro de la teoría junguiana e incluyo los lineamientos generales de la Doctora Kalff, agrego otros aportes teóricos y técnicos. En ella, la persona trabaja en varias dimensiones, involucrándose en su totalidad.

El analista es testigo activo del proceso. Si agudiza su escucha empática, su congruencia y aceptación, sostenidas por su capacidad de observación, intuición y percepción de todos los sentidos, entonces sí acompaña al paciente o consultante en su búsqueda de alivio o insight. Dora Kalff les proponía a sus pacientes una sucesión de bandejas que atestiguaban el devenir del proceso de Individuación descripto por Jung y generado por el propio inconsciente. En mi tarea, trabajo con una misma bandeja y vamos registrando en una cámara digital las transformaciones que el paciente va realizando en cada sesión. Durante este proceso, en orden de dejar fluir y poder expresar lo personal, no intervengo ni interpreto. Sin embargo, estoy presente con todos mis sentidos.

A veces incluyo alguna sugerencia ante los comentarios que el analizando hace. En ese momento, priorizo mi función de testigo empático desde una comprensión no verbal. Se crea un campo interactivo entre analista y analizando que tiene aspectos temporales, espaciales y situacionales. Las formas que emergen, las figuras que elige son la manera tangible y obviamente visible que el analizando crea en esta interacción singular. Este punto implica cuánto y cómo debe ser el entrenamiento de un terapeuta en mesa de arena. ¿Quién puede cocinar sin haber cocinado? Nadie.

Otra observación relativa a esta tarea es que el analista entra en el proceso terapéutico de su paciente a través del Registro Subjetivo Transferencial, o en términos holísticos, por resonancia. De acuerdo con el principio de resonancia, las cualidades del analista se activan y toman vida en el analizando. ¿A qué cualidades me refiero? Es necesario que el analista esté presente y alineado y, más allá de su formación teórica o recursos técnicos eficaces, su proceso de ser persona, de estabilidad psíquica, su disposición creativa, su congruencia y aceptación, deben estar al servicio de la tarea que afecta y desafía a ambos, analista y analizando.

La creatividad está íntimamente ligada a procesos de muerte y renacimiento, con la capacidad de soltar viejas creencias o estructuras y crear nuevas. La transformación es posible sin la ansiedad interna de la mente del analista.

Existen momentos donde confluyen de manera simultánea dos procesos desde mí como analista: la interpretación de lo actual-cotidiano y acompañar la regresión preconsciente, preverbal a aquel nivel primordial donde las heridas de un maternaje inadecuado puedan ser aliviadas o sanadas, no hablando o pensando, pero sí recuperando la temperatura de los recuerdos. Este proceso afecta tanto al analista como al analizando.

El proceso analítico es un abordaje verbal, ocurre en el diálogo entre el analista y el analizando. No podemos negar el valor de la palabra, solo que el lenguaje es una posibilidad de la expresión humana. Y la palabra está vinculada a la función racional de la conciencia.

El tacto es un sentido que “contiene” historias. Acariciar, sentir la temperatura, deambular con ritmo propio produce un juego de tensiones que naturalmente actúa como ejercicio autocalmante y a la vez estimulador de imágenes, sensaciones o asociaciones.

Sumamos a la palabra la observación del lenguaje corporal, en especial la expresión de las manos. El rol del analista en una primera etapa es el de observador, presente y atento. Fotografía el proceso, autorizado por el consultante, y también lo alienta a que vaya relatando lo que pasa por su mente mientras realiza la tarea. Ambos la contemplan cuando está finalizada y comparten comentarios, sin interpretación. Solo describen lo que cada uno siente frente a la obra.

La escena en la arena es “limpiada” por el analista al final de la sesión. Es mejor que no permanezca en el exterior. Los navajos, que trabajaban realizando diseños en la arena, los deshacían en el atardecer…

Sugiero no interpretar de inmediato luego de que está concluida la creación de la escena, ya que el riesgo que se corre es el de “fijar”, racionalizarla, lo cual interrumpe el fluir de las emociones y sentimientos que surgen al contemplarla. El consultante puede decir “es esto”, “es cierto”, en vez de permitir que surja algo nuevo. No es una sola situación, es un proceso.

Imagen: las llamas que están cocinando el caldero del proceso psíquico deben ser cuidadosamente atendidas por el analista. Lo mismo sucede en las terapias verbales. Sugiero que la interpretación de las figuras en la arena sea tratada de maneras diferentes. Esto depende del devenir del proceso terapéutico.

He comprobado en infinidad de oportunidades que hay dos tipos fundamentales de procesos:

a) Proceso de sanación.
b) Proceso de transformación.

Veamos en detalle de qué se trata cada uno.

 a) Proceso de sanación

Los procesos de sanación en mesa de arena que ocurren con personas que sufren traumas o disturbios originados antes del nacimiento o en la temprana infancia, se encuentran vinculados a las relaciones primarias (madre o sustitutos maternos) y les impiden evolucionar con normalidad o con fluidez.

En estos casos el proceso ocurre en capas muy profundas, en estadios muy tempranos. Estas “capas” son inconscientes y difícilmente verbalizables. Es cuando la confianza y seguridad primordial se establecen, pero se han visto afectadas. La energía psíquica fluye al pasado hasta alcanzar la esencia, el reservorio de salud que toda persona tiene solo por el hecho de estar viva y que, al ser estimulada, se hace visible.

Durante el proceso de sanación el analizando experimenta con intensidad estas transformaciones en su Ser. Tal vez esta sea una de las razones por las que no conviene interpretar. Es importante “dar tiempo” a que el proceso de insight ocurra como descubrimiento propio. Es el analizando quien interpreta y da sentido a las escenas en la arena.

b) Proceso de transformación

El proceso de transformación corre por un curso diferente. En este caso se trata de personas que tienen una estructura en su vida y un Yo estable, pero cuya visión es estrecha, parcial o perturbada. Sienten y saben que algo “anda mal” (sienten cansancio, insatisfacción, distress) o están desenergetizadas o deprimidas. Experimentan la sensación de “que algo debe cambiar”. Perciben su fuerza, pero no saben cómo cambiar. Se encuentran en estado de búsqueda y dispuestas a explorar. Estas personas entran en proceso de manera consciente, no solo llevadas por el sufrimiento inconsciente.

Este proceso incluye inevitablemente el encuentro con la “sombra”, transformaciones de lo femenino, encuentro con Sí-mismo (como tesoro escondido y palpitante), y con lo divino y/o transpersonal. Son pasos esenciales en el proceso de Individuación. La persona comienza a dar sentido a lo que emerge en la mesa de arena.

La primera fase es no verbal, entran con el cuerpo, ampliando la percepción. El analista sostiene, acompaña, protege (observa) el proceso de autosanación. La hora de trabajo sin hablar es significativa y valiosa. Es silencio consciente, que habilita una suerte de conocimiento silencioso de sí mismo.

La creatividad está íntimamente ligada a procesos de muerte y renacimiento, con la capacidad de soltar viejas creencias o estructuras y crear nuevas. La transformación es posible sin la ansiedad interna de la mente del analista.

Ambos (analista y analizando) ponen su atención en el mundo interior del consultante, que se va manifestando, para lograr una mayor comprensión (actitud maternal o parental). Yo prefiero no usar estos términos. Asumo lo que va surgiendo, respondiendo al proceso. Para mí es intuitiva, pulsional. Tal vez tenga que ver con las funciones de los dos hemisferios cerebrales. Lo mejor es internarse en el uso de los dos hemisferios.

Lo que se activa es el poder de la imaginación y la sensopercepción, en especial, tocar. Es importante alentar la observación en el analizando como testigo de lo que va sucediendo.

Al trabajar con las manos y la arena se potencia la energía vital mientras hay movimiento y también cuando descansamos. Sentirnos deambulando inciertamente, “homeless”, esto nos permite pensar que estamos “en camino”. Luego adviene el momento de poner las cosas en orden o darles un orden. Nuestra “casa del alma” construida de nuevo. Tal vez con nuevas cosas o tal vez con las “viejas” ubicadas de una manera diferente. Fundar una nueva vida. Darle una nueva forma, que tenga sentido y nos genere paz y bienestar. Constelamos nuestro Ser nuevamente.

La arena y la psique tienen mucho en común. Fluye, se mueve. Busca “la Forma”. Entregarse al movimiento inmerso en la arena. Contemplar la totalidad y los detalles.

El espíritu “encarna” en la realidad externa. Hay un constante intercambio entre lo interior y lo exterior. El cuerpo juega un espacio y tiempo vitales.

Consideraciones prácticas

Características de la bandeja:

  • Medidas: 0,50 cm x 0,70 cm (que permita amplitud de visión).
  • Preferiblemente de madera.
  • Pintar el fondo de color celeste.
  • Se puede utilizar una bandeja de acero inoxidable.
  • Las de cartón, si bien son más livianas, cuando se incluye el agua, se arruinan.
  • Puede ser circular o cuadrada (ha sido tema de discusión si genera más balance o equilibrio).
  • La rectangular genera tensión, deseo de movimiento, de ir más allá.
  • Se utiliza arena seca. Se puede mezclar con agua. Allí se oscurece y a la vez toma consistencia.

Características de los objetos:

  • Los objetos que se ofrecen son muy diversos. Son miniaturas. Su presencia es importante pero la posibilidad de crear con ellos es lo transformador.
  • Algo así como con los juguetes, lo importante es jugar.
  • El contacto con la arena genera ansiedad y placer. Es la “mars confusa”. Nada y todo.
  • A veces, al principio, asusta. Puede producir ternura e invitación a la aventura y también tristeza (no ser tocado).
  • La vida es vibración constante.

Los celtas distinguían tres mundos o tres modos en que la energía primordial tomaba apariencia:

  1. El mundo blanco: es el mundo de la energía antes de la formación de lo absoluto. Contiene el potencial de lo no creado. No hay opuestos. Es el mundo de los arquetipos, de las imágenes primordiales.
  2. El mundo concreto: el de los objetos. La energía toma forma.
  3. Entre ambos mundos (el de los arquetipos y el mundo concreto) está el mundo acuático. El Río de la Vida que está en constante fluir. Allí está el paisaje del alma, donde exterior e interior son uno, el mundo de la imaginación.

El mundo intermedio de la imaginación conecta el mundo de los arquetipos con el mundo concreto. Lo posible y lo probable. No es menor.

En el proceso de transformación de las imágenes primordiales con el poder de la imaginación, en formas concretas, la actitud moral responsable por parte del individuo es fundamental. Por ello, los celtas no pensaban en términos absolutos del Bien o del Mal. Para ellos, las cosas vitales eran responsabilidad en acción.

Existen correlatos en lo psico-fisiológico. Las imágenes tienen una acción directa e indirecta sobre las reacciones físicas. También a la inversa. La imagen puede resultar de la participación de todos los órganos de percepción, pero también puede resultar de estímulos externos (olas, mar, olores, etc.). Por ejemplo: imágenes temidas o fantasías sexuales son acompañadas de dramáticos cambios fisiológicos (cambios del color de la piel, palpitaciones, contracturas, etc.).

En resumen, las investigaciones entre imaginería mental y procesos fisiológicos conducirían a las siguientes conclusiones:

  1. Hay una conexión entre Imaginería Mental (IM) y procesos fisiológicos.
  2. La IM puede preceder o proseguir a cambios fisiológicos. O sea, causa o efecto.
  3. La IM puede ser inducida conscientemente por actitudes guiadas o intencionales tanto como por acciones inconscientes (estimulación eléctrica del cerebro, sueños, estados de ensoñación, creaciones espontáneas tales como trabajos en artes expresivas, etc.).
  4. La IM puede ser vista como una hipotética conexión entre el procesamiento de información y cambios fisiológicos.
  5. La IM influye tanto en la periferia sensoperceptiva como en el sistema neurovegetativo.

Durante el trabajo con la mesa de arena se pueden observar manifestaciones fisiológicas: temblores, palpitaciones, necesidad de orinar, llorar, etc., y también relax, calma de la respiración, del ritmo cardíaco, de la tensión muscular y una sensación general del aumento de la sensopercepción y estados de alegría y bienestar. También el estado de las condiciones del cuerpo. Por ejemplo: feliz o triste o los opuestos en el cuerpo (lado izquierdo y derecho) vinculado a las funciones de los hemisferios cerebrales.

El trabajo terapéutico es una constante tarea de buscar el centro y la alineación donde no la hay. Toda persona necesita espacio para expresarse. El espacio vacío es un desafío. Surge el deseo de llenar el espacio vacío con lo vivo. Necesitamos espacios vacíos de toda clase para expresar y dar forma a lo nuevo.

La mesa de arena es como la vasija en la cual la transformación ocurre como en el alambique del alquimista. Las miniaturas son expuestas y la elección es libre. Hay varias categorías de miniaturas:

  • Piedras /cristales/ objetos inanimados.
  • Árboles y plantas.
  • Cercos y puertas.
  • Animales salvajes.
  • Animales domésticos.
  • Animales y seres fantásticos o míticos.
  • Medios de transporte.
  • Diferentes objetos: sogas, lanas, plastilina, etc.

Siempre debe haber objetos lindos y feos. Están expuestos en estantes para que el consultante elija. No es imprescindible que estén ordenados por rubros.

Guía para la interpretación simbólica del espacio


Algunos comentarios

El cuadro en la arena encarna varios niveles de conciencia de forma simultánea, a la vez que diferentes estados psicológicos de la persona. La parte central de la mesa casi siempre contiene el “motivo central” (valga la redundancia).

He observado que los mandalas realizados en la arena son invariablemente ubicados en el centro, representando varios aspectos de la relación del Ego con el self y, por sobre todo, representan el centramiento de la personalidad.

Los motivos que aparecen en las cuatro esquinas ofrecen un marco de referencia para situaciones que aún no se han “abierto”.

En términos generales, vemos que nuevos impulsos de contenido espiritual aparecen en el ángulo superior izquierdo. Y contenidos ligados a la pulsión, desde lo corporal, surgen desde el ángulo inferior izquierdo.

Las fuerzas que representan el mundo exterior, e incluso la relación interpersonal con el analista, se ven más desde el lado derecho.

El lado izquierdo, y los movimientos en esta parte, por lo general son movimientos inconscientes, regresivos. O tróficos, en el sentido de nuevas aperturas.

Los movimientos desde abajo-izquierda hacia arriba-derecha anuncian acciones hacia “la vida”, dentro del mundo exterior. Esto es habitual en personas jóvenes.

En personas mayores, a menudo observamos movimientos desde el ángulo abajo-derecha hacia el arriba-izquierda. Esto es un signo de desarrollo espiritual del mundo interior.

Solo son observaciones, no deben ser tomadas como taxativas.

Hasta aquí conceptos, descripciones, reflexiones e interrogantes.

El significado de un diseño en la arena es ambiguo y complejo, tanto como lo es el mundo de la persona que lo crea.

 

Continuará en el próximo número.

* Arte Terapeuta registrada por IEATA (International Expressive Arts Therapy Association) y miembro del Board. Co-fundadora de PCETI-Argentina (Person Centered Expressive Arts Therapy Institute-sede Argentina). Docente universitaria en el país y en Guatemala. Miembro del equipo docente del Programa Columbia de Desarrollo de la Conciencia. Correo electrónico: gracrea@gmail.com.

Cómo citar este artículo:

Bottini, G. (2019). Mesa de arena o bandeja de arena (sandtray) o juegos en la arena (sandplay). Primera parte. Arteterapia. Proceso Creativo y Transformación, 6 (13-19). Recuperado de: https://arteterapiarevista.ar/mesa-de-arena-o-bandeja-de-arena-sandtray-o-juegos-en-la-arena-sandplay-primera-parte/