Una visita a la Colección Prinzhorn, el sueño de todo arteterapeuta

Resumen

El pasado mes de mayo tuve la fortuna de cumplir un sueño: visitar una de las colecciones de arte producido por pacientes psiquiátricos más importantes del mundo, la Colección Prinzhorn. Casi 200 obras en exhibición, algunas fechadas tan tempranamente como 1905, y realizadas con toda clase de materiales y soportes. Una experiencia conmovedora si consideramos que el arteterapia aún no existía como tal, pero sí la experiencia de sufrimiento psíquico y su objetivación a través de la actividad en el arte.

Palabras clave: Prinzhorn, psiquiatría, Art Brut, Outsider Art, arteterapia.


 

La Colección Prinzhorn posee unos 6000 trabajos realizados por pacientes en el período 1840-1945, y no solo está compuesta por pinturas y dibujos en papel, sino también por esculturas. Las contribuciones provinieron de diversas clínicas psiquiátricas, en gran parte alemanas.

Las muestras se arman de acuerdo a ejes temáticos específicos donde se curan los trabajos correspondientes. El 31 de marzo de 2019 se inauguró la muestra “Fantasías Florales, entre el Simbolismo y Outsider Art”, que clausura el 4 de agosto. Es un proyecto de cooperación que se origina en la coincidencia geográfica y programática de instituciones culturales muy diferentes del área metropolitana de los ríos Rin y Neckar. El foco central está puesto en la Colección Prinzhorn, que desde 1840 hasta la fecha es la especialista indiscutible en Outsider Art. El catálogo nos explica que “las manifestaciones que las plantas toman aquí se deben menos a intereses botánicos que a su carácter como símbolos fantásticos del psiquismo, como una superficie en la que se proyectan estados emocionales”.

Al ingresar desde la escalera principal, sentimos una ráfaga de emoción que preludiaba lo que íbamos a ver, haciéndonos desear que esa soleada mañana de domingo durara un sin tiempo. Apenas entramos en la primera sala, vemos 33 obras en pastel de motivos florales realizadas por Hanna Hellmann, fechadas entre 1939 y 1942. Hanna fue deportada a Lublin (Polonia) desde el hogar de convalecencia para judíos en Bendorf-Sayn, y se cree que fue asesinada en el campo de concentración de Sobibor. En el año 2016, la colección recibió alrededor de 1800 pasteles realizados por ella.

Luego, en la sala grande, nuestro interés es captado por los trabajos de Else Blankenhorn, en los que a los motivos florales simbólicamente cargados se les suman plantas-humanas híbridas. Su historiografía nos cuenta que Else era hija de un profesor y que tuvo internaciones en 1898 y en 1906. En su delirio, sostenía ser la esposa del Kaiser Guillermo II. Produjo gran cantidad de billetes bancarios inventados cuya finalidad era financiar la resurrección de matrimonios fallecidos, aunque ella nunca llegara a casarse. Un personaje que además aparece en su obra es Jesucristo, a quien, en un trabajo al óleo, muestra en el cáliz de una pasionaria, aludiendo a la Pasión de Cristo. Los pétalos blancos simbolizan a los apóstoles, la corona roja es la corona de espinas, el aparato reproductor de la planta, los cinco estigmas y la hiedra trepadora representa las heridas producidas por los azotes. Se dice que su obra ha influido en la pintura moderna, especialmente al pintor expresionista alemán Ernst Ludwig Kirchner.

Else Blankenhorn, Cristo.

Franz Malter era un militar que peleó en la Guerra Franco-Prusiana y fue internado en 1884, cuando tenía 36 años de edad. Se lo conocía como poeta, comediante, cantante y compositor. Le interesaban las lenguas y escribía expresiones en persa o inventaba palabras inexistentes, derivadas del latín. En sus dibujos aparecen figuras femeninas muy estilizadas que, en muchos casos, recuerdan a las figuras de las musas inspiradoras.

En una vitrina se encuentran delicadamente expuestos los trabajos de Wilhelm Maasch, paciente de la clínica Duren, quien dibujó motivos florales en pequeñas hojas de un calendario del año 1910 de 11 por 7 centímetros. En su mayoría se trata de representaciones abstractas realizadas con técnica mixta. Estos se exhiben por primera vez al público.

También se puede ver la obra más antigua que posee la colección, un trabajo anónimo fechado el 7 de marzo de 1842. Se trata de una acuarela sobre cartón, proveniente de la clínica Leubus en Silesia (Europa Nororiental). En este detallado estudio de la naturaleza podemos descubrir tres cabezas masculinas de perfil que salen de las piedras grisáceo-amarronadas cubiertas de vegetación.

También observamos cabezas humanas en los siete trabajos en crayón realizados en 1920 por Frau von Zinoview, donde las plantas crecen desordenadamente y de forma confusa, asemejando las figuras que se pueden encontrar al realizar un garabato.

Heinrich Mebes realizó ilustraciones botánicas de temas religiosos, fechadas entre 1899 y 1918, en lápiz, tinta y pincel en un cuaderno que además posee profusos textos que acompañan cada trabajo.

De Heinrich Hack podemos ver dos trabajos en lápiz y crayón anteriores a 1921, donde a los versos de la Biblia les diseña un lenguaje floral.

Elise Mahler era una modista hospitalizada en 1893 en la clínica Burgholzli, en Zurich, donde trabajaron Bleuler y Jung. De allí pasó al psiquiátrico de Rheinau, bajo tutela de la corte. La mayor parte de sus trabajos fueron realizados sobre cartón de cajas en las que se guardaba viruta. Sus temas, utilizando crayón y acuarela, tienen toda la apariencia de tarjetas de salutación, en su mayoría dirigidas a sus familiares, a quienes reprochaba dejarla en “la institución asesina” en la que se encontraba recluida y cuya comida “solo servía para alimentar a los cerdos”. Estas tarjetas nunca fueron remitidas a los familiares a los que estaban destinadas, sino que se enviaron directamente a Hans Prinzhorn como ejemplo de un arte “bizarro y excéntrico”. En los registros figura que muchas veces la paciente prendía la tela de su ropa sobre su piel, usando en su cabeza una tela arreglada como la gorra de un chef, tal vez tratando de recuperar la imagen del tradicional bonete suizo. En una obra que muestra una taza desbordante de flores escribió: “Solicito que vengan a salvarme de mi casa”.

Las acuarelas de Helene Maisch son impactantes por el manejo que tenía de la técnica, utilizando colores vividos y matizados, en dos trabajos que datan de 1919.

Ernst Bernhardt, que era maestro de dibujo, trabajó sobre un estudio comparativo cruzando diversas frutas con la punta del miembro masculino, así como también retratos abstractos de figuras mirando a través de manzanas.

Johann Kaiser dibujó una compleja obra que se titula “La imagen completa del cosmos en una semilla de manzana alegóricamente presentada como imagen de un espejo”.

La Colección Prinzhorn posee unos 6000 trabajos realizados por pacientes en el período 1840-1945, y no solo está compuesta por pinturas y dibujos en papel, sino también por esculturas.

Hay muchas obras más, las que, luego de observar y fotografiar detenidamente, nos condujeron al subsuelo, donde se encuentran las esculturas de Karl Genzel (1871-1925), un albañil sin ningún tipo de formación en arte. Él fue uno de los diez pacientes esquizofrénicos que Hans Prinzhorn presentó en su libro El Arte de los Enfermos Mentales, de 1922. Lo hizo conocer por el seudónimo Karl Brendel, y es así como su arte llegó a interesar a los expresionistas alemanes y a los surrealistas franceses. Cuando se le diagnosticó esquizofrenia en 1906, ya había pasado alguna temporada en la cárcel por conducta violenta y hasta sufrió la amputación parcial de una de sus piernas.

Tenía delirios religiosos y aunque antes de su enfermedad había hecho algunas esculturas para sus propios hijos, su producción comenzó con el modelado de formas obscenas en 1912, utilizando pan masticado. Luego, vinieron figuras de animales esculpidas en madera. Su mayor interés se evidenció en la figura de Jesucristo, además de variaciones sobre la cruz que se transforma en criaturas con enormes cabezas soportadas por piernas finas como las de un tero, y también en figuras andróginas. Su obra nos recuerda mucho al arte africano, y su facilidad para abstraer la figura humana fascinó a Paul Klee, quien imitó y refinó sus propias composiciones. Hay en exhibición cerca de 40 de sus esculturas.

Escultura de Karl Gensel.

Para visitar el museo se puede llegar en avión al aeropuerto de Frankfurt, y de allí se toma un tren hacia Heidelberg vía Mannheim. El viaje ida y vuelta cuesta 50 euros y dura menos de una hora. El museo está alojado en el edificio de la Universidad de Heidelberg, sitio perteneciente también al hospital psiquiátrico.

Se puede llegar a pie desde la estación de tren en unos 45 minutos. La entrada cuesta 5 euros y la visita es una experiencia enriquecedora. No solo vemos lo que luego sería llamado Art Brut por Jean Dubuffet, sino que atisbamos retazos de vidas en las que el arte fue un paliativo ante el encierro y la estigmatización.

La galería.

Bibliografía

Catálogo de la muestra “Floral Fantasies between Symbolism and Outsider Art” (versión en alemán e inglés).

* Licenciado en Psicología (UBA). Arteterapeuta (UNA). Miembro fundador de la Asociación Argentina de Arteterapia. Artista Plástico.

Cómo citar este artículo:

Formaiano, L. (2019). Una visita a la Colección Prinzhorn, el sueño de todo arteterapeuta. Arteterapia. Proceso Creativo y Transformación, 5. Recuperado de: https://arteterapiarevista.ar/una-visita-a-la-…do-arteterapeuta/