Consideraciones sobre el uso de la escritura en terapia narrativa
En este trabajo, la autora expresa su opinión respecto del uso de la escritura terapéutica en la psicoterapia como terapeuta narrativa. Explica que las personas llegamos a contextos terapéuticos buscando alivio a algún malestar que estamos experimentando y una de las formas de lograrlo es a través de la palabra escrita.
Resumen
El objetivo de este artículo es compartir ideas respecto al uso de la escritura en el contexto psicoterapéutico como terapeuta narrativa. Mi intención es poder introducir brevemente el enfoque de la Terapia Narrativa y poder explicar por qué creo que puede beneficiarse con el uso de la escritura terapéutica.
Palabras clave: terapia narrativa, historia, historias preferidas, agencia personal, escritura terapéutica.
Introducción
El objetivo de este artículo es compartir ideas respecto al uso de la escritura en el contexto psicoterapéutico desde el abordaje de la Terapia Narrativa.
Muchas veces me pregunto: ¿qué es lo que la terapia puede ofrecer? Hay una frase que me resuena como una respuesta posible. “Vaclav Havel expresa: ‘La esperanza no es la convicción de que algo terminará bien, sino la certeza de que algo tiene sentido, sin importar como termine’” (Latorre, 2013, p. 97). En el proceso psicoterapéutico el objetivo principal es ir armando ese sentido que da esperanza. Es decir, que la persona que llega buscando acompañamiento para aliviar un malestar o atravesar determinado problema pueda ir nombrando y construyendo dicho sentido. Desde el abordaje de la terapia narrativa se propone que la historia de la persona que consulta2 esté en el centro de la escena. Las historias que se cuentan en este contexto son fundamentales para el proceso.
Más adelante veremos cómo este camino, que implica el proceso psicoterapéutico, puede beneficiarse con el uso de la escritura terapéutica.
Las personas al centro
Históricamente cada modelo psicoterapéutico se basa en una metáfora que busca explicar la complejidad del ser humano y todas han sido afectadas por el contexto de su época. Es así como las metáforas no resultan neutrales y tienen efectos concretos en la mirada, el trabajo y el accionar de los terapeutas. Particularmente, la terapia narrativa se basa en la metáfora narrativa.
En una entrevista, Michael White, principal referente de la terapia narrativa, expresa: “vivimos a través de los relatos que tenemos sobre nuestras vidas” (White, 2002, p.18). Es decir que las historias sirven de base para interpretar el mundo. Estas van moldeando nuestras acciones a la vez que nos permiten dar sentido a nuestros vínculos, nuestro malestar y nuestras posibilidades en la vida. En este sentido, la manera en que nos contamos a través de las historias que relatamos da forma a nuestra identidad y, por lo tanto, resulta fundamental para el trabajo psicoterapéutico.
La terapia narrativa propone poder ampliar y enriquecer las historias que se vinculan con los valores, sueños y compromisos, así como también nuestras habilidades para vivir. Esto último se refiere a los saberes que hemos ido incorporando en la vida a través de la experiencia propia y también lo aprendido de vínculos significativos. Todo esto es mediado por la intención de que en este camino las personas puedan desarrollar lo que White (2007) llama agencia personal:
Una sensación de ser capaz de regular la propia vida, de intervenir la vida de uno para afectar su curso de acuerdo a las propias intenciones, y hacer esto de maneras que estén moldeadas por los propios conocimientos de vida y habilidades para vivir (pp. 263-264).
Aquí vemos como, desde este modelo, se busca conocer y fomentar la voz del consultante. A través de preguntas que nos den información tanto de sus experiencias y conocimientos de vida, como de la postura que adopta frente a los acontecimientos. A continuación exploraremos cómo la escritura puede propiciar un ambiente ideal para fomentar la agencia personal.
El objetivo de la terapia narrativa propone poder ampliar y enriquecer estas historias preferidas que se vinculan con valores, sueños y compromisos y también con los saberes que las personas han adquirido a lo largo de sus vidas.
Escritura terapéutica
En la posmodernidad se comienza a pensar en la utilidad y el valor de la escritura para usos terapéuticos, tanto físicos como mentales. En Estados Unidos el doctor James Pennebaker (investigador, profesor y psicólogo social) desarrolla un trabajo al respecto con personas que habían vivido hechos traumáticos. Como resultado del trabajo de investigación que llevó a cabo concluyó que la escritura puede tener resultados beneficiosos para la salud, ya que se comprobaron cambios fisiológicos que expresaban mejorías en el sistema inmunológico de quienes participaron. Más adelante, otros investigadores tomaron como base estos estudios para investigar la relación de la escritura con otras enfermedades o padecimientos psicológicos.
Se podría definir la escritura terapéutica como “el uso intencionado de la escritura con el fin de obtener efectos terapéuticos que provoquen alivio al sufrimiento, cambio y transformación en la conducta, beneficio en el bienestar psicoemocional” (Fagundez, 2023). Se puede decir entonces que la escritura terapéutica como tal es utilizada en contextos donde se practica la terapia. Esto no quiere decir que la escritura fuera de contextos terapéuticos no pueda tener efectos relacionados con el bienestar físico y emocional. De hecho, muchas personas fuera de ámbitos terapéuticos hablan del valor sanador de escribir.
Desde la terapia narrativa, Michael White y David Epston en el libro Medios narrativos para fines terapéuticos hablan de la importancia del lenguaje escrito y su impacto en el contexto terapéutico. Entre otros, comparten ejemplos de lo que denominan contradocumentos. Esto pueden tener distintos formatos, como certificados, diplomas o declaraciones donde se describen los pasos que la persona esté dando para conseguir mayor bienestar en su vida. Según los autores, la producción y el uso de estos documentos le puede permitir a la persona “contribuir a la especificación de sí mismo y de esta manera se hace consciente de su participación en la constitución de su propia vida” (White y Epston, 1993, p. 188). Es decir que la producción de documentos promueve la agencia personal. Fomenta que los consultantes puedan ser agentes protagonistas en su propia vida.
Algunos usos y beneficios de escribir:
Existen distintas técnicas para utilizar la escritura en el contexto terapéutico. Entre otras podríamos nombrar las propuestas autobiográficas, la escritura poética y la creación de cuentos. Si bien no será desarrollado en profundidad en este trabajo, es fundamental aclarar que se deberán analizar algunas variables a la hora de pensar qué técnica proponer. Es primordial tener en cuenta las características del problema que describe el consultante, el momento dentro del proceso terapéutico en que nos encontremos y, por último, las particularidades de cada técnica. Esto último se relaciona con el grado de complejidad, abstracción o creatividad que cada una proponga. Con lo cual es necesario analizar en cada caso el momento y la técnica que mejor pueda acompañar a cada consultante a lograr los objetivos terapéuticos planteados.
Respecto de los beneficios de la escritura terapéutica, podemos agregar que esta:
⦁ Propone una mayor conexión con nuestra propia voz, nuestra propia historia. Al ser un ejercicio que se suele hacer en la intimidad la persona no tiene interlocutor y esto puede promover una mayor conexión consigo misma y una mayor libertad a la hora de expresar lo que piensa.
⦁ Como efecto terapéutico. En el acto de ponerle palabras a nuestro malestar, en esa traducción, existe una organización y una estructuración de las ideas que promueve el alivio (Fagundez, 2023). Además, muchas veces posibilita cierta proyección al futuro que beneficia la construcción de historias preferidas.
⦁ Fomenta una mayor reflexión. En el acto de escribir hay un tiempo que corre más lento respecto del habla. Dependiendo del ejercicio de escritura que se proponga buscamos qué palabra escribir o corregimos lo escrito.
⦁ Funciona como un documento que se puede volver a leer cada vez que se necesite. Esto puede tener efectos terapéuticos en el tiempo.
⦁ Puede tener distintas funciones comunicativas. Por ejemplo, en la escritura de cartas representa un medio para comunicar algo importante a otra persona con todas las características que mencionamos y que la escritura permite.
⦁ Puede tener fines organizativos. Muchas veces las personas expresan que el acto de escribir les ayuda a organizarse: dar prioridad a alguna idea por sobre otra, pensar acciones posibles frente a determinada situación, etc.
⦁ Puede funcionar a modo de certificado personal para que la persona deje registro de los pasos que está dando en la dirección deseada.
La escritura terapéutica como tal es utilizada en contextos donde se practica la terapia, contando con el profesional de la salud pertinente.
Historia de S3
En el contexto del proceso psicoterapéutico con S se le propuso ejercicios de escritura enfocados en los problemas que identificaba en su vida y que afectaban su ánimo y motivación. Además, ella inauguró un cuaderno donde comenzó a escribir libremente, como si fueran entradas de un diario personal. Después de algunas semanas le pregunté sobre su experiencia con la escritura en este contexto terapéutico. Cabe aclarar que S autorizó la inclusión de esta experiencia en el artículo y colaboró en la edición del texto. En respuesta a mi pregunta, S expresó que su experiencia había sido positiva, señalando tres razones principales que intentaré desarrollar a partir de tres frases suyas:
⦁ “Ayuda memoria”. S expresa que escribir le ayuda a no olvidarse de historias o conversaciones que le resultan importantes.
⦁ “Cuando releo me lleva a ese momento”. Describe que, al volver a leer sus anotaciones, se conecta nuevamente con las emociones y sensaciones vividas en ese momento. Esto le permite reflexionar sobre estas experiencias sin perder de vista la relevancia que han tenido en su vida.
⦁ “Me veo en tercera persona; lo veo más claro”. S. explica que esta distancia que se genera con su propia historia, al leer posteriormente lo que escribió, le permite hablarse a sí misma y reflexionar sobre su vida. Agrega que poder tomar esta distancia le permite tener mayor claridad sobre sus pensamientos.
⦁ “¿Pude modificar algo?”. Cuando relee lo que escribió se pregunta si ha podido modificar algo en su vida en relación con ese problema. Si reconoce acciones que crea que la acercan a lo que ella desea para su vida.
En esta historia se pone de manifiesto como S ha podido experimentar algunos de los beneficios que mencionamos respecto del uso de la escritura terapéutica. Particularmente me interesa destacar las últimas dos reflexiones en las que expresa la distancia que se establece con su relato y, luego, las preguntas en relación con acciones posibles en su vida. Este diálogo consigo misma, que le permitió la escritura, mediado por nuestras conversaciones en el contexto psicoterapéutico, ha colaborado para que ella expediente la posibilidad de intervenir en su vida y esté en el centro del proceso terapéutico. Los ejercicios de escritura han promovido que pueda ir nombrando tanto lo que le generaba malestar como identificando saberes y habilidades que la pudieron acompañar para lograr un mayor bienestar. Por otro lado, ha podido tomar postura con respecto a acontecimientos en su vida, pensar qué espera para su futuro y reconocer de qué manera estos pasos que está dando le pueden permitir estar más cerca de lo que desea para su vida.
Conclusiones
La escritura promueve la agencia personal y, por lo tanto, resulta una herramienta potente para incorporar en las conversaciones terapéuticas. En el acto de escribir, como vimos, el factor del tiempo, la escritura para una misma, y la construcción de documentos que expresen nuestra posición, favorecen el desarrollo de la agencia personal. Este proceso comienza cuando el ejercicio de escribir nos invita a usar nuestras propias palabras para nombrar lo que hemos vivido, nuestros pensamientos y sentimientos. A medida que se comparte invita a conversaciones con la terapeuta; estas palabras se convierten en hilos con los que seguimos tejiendo historias preferidas, utilizando los elementos que la persona aporta. De esta manera, se promueve que la persona tome una posición activa frente a los problemas que se le presentan y pueda experimentar bienestar psicoemocional. Esta trama que vamos armando, consultante y terapeuta, finalmente busca que la persona encuentre este sentido que da alivio y esperanza a su vida.
Bibliografía
Fagundez, P. (2024). Formación profesional en escritura terapéutica. (5ta. ed.).
Latorre Gentoso, Í. (2013). Terapia narrativa: algunas ideas y prácticas, en García Martínez, F. E., Terapia Sistémica Breve. Fundamentos y aplicaciones. RIL Editores.
White, M. (2002). Reescribir la vida. Entrevistas y ensayos. Editorial Gedisa.
(2007). Maps of narrative practice. New York, USA: W.W. Norton.
White, M. y Epston, D. (1993). Medios narrativos para fines terapéuticos. Barcelona: Paidós.
Hayden, J. M. (2024). Leadership and the ethics of hope: Václav Havel and the Charter 77 human rights movement in Czechoslovakia. Leadership, 20(5), 314-333.
[1] Licenciada en Psicología (USAL), Diplomada en Prácticas de Terapia Narrativa (Pranas Chile). Formación profesional en escritura terapéutica, 5ta. Edición (Licenciada Patricia Fagundez).
[2] De ahora en más nos referiremos a la persona que solicita el acompañamiento terapéutico como “el consultante”.
[3] Usaremos la inicial S para referirnos a la consultante y así mantener el anonimato.
Cómo citar este artículo:
López Crook, I. (2024). Consideraciones sobre el uso de la escritura en terapia narrativa. Arteterapia. Proceso Creativo y Transformación, 12.